domingo, abril 06, 2008

ENCUENTRO No.48

FUNDACIÓN PLENILUNIO

CENTRO CULTURAL COMFENALCO, VALLE


ENCUENTRO No. 48 CON LA POESÍA,
LA MÚSICA Y LA PINTURA
Y LANZAMIENTO DE LA REVISTA PLENILUNIO No. 19
EN HOMENAJE AL Maestro ENRIQUE BUENAVENTURA
Lectura Ensayo


ENRIQUE BUENAVENTURA, pasión, trabajo y gestas de poeta
Por LEOPOLDO DE QUEVEDO Y MONROY


Lectura de POEMAS:


EDUARDO TORO GUTIÉRREZ DORALICE LÓPEZ
ELISA POSADA DE PUPO LARISA RIZO L.
GERMÁN CASALLAS ANA MARÍA MÚNERA
GLORIA MARÍA MEDINA JIMÉNEZ


CONCERTINO MUSICAL : GRUPO KANTOR
Directora: Maestra LILIANA MÚNERA


EXPOSICIÓN DE PINTURA :
COLEGIO STELLA MARIS
50 AÑOS DE FUNDADO
Maestra : BEATRIZ RENTERÍA
Lugar : Centro Cultural Comfenalco, Valle


Calle 5ª No. 6-63 Torre C, Mezanine
Fecha : sábado 5 de abril de 2008
Hora : 6:30 p.m. Entrada libre


En la mesa principal los poetas se preparan para iniciar el Homenaje al Maestro Enrique Buenaventura. Eduardo Toro Gutiérrez, Elisa Posada de Pupo, Larisa Rizo López y Doralice López


Eduardo Toro Gutiérrez lee con emoción su poema "Buscando a Maryuri" en honor a la poetisa Gloria María Medina, autora del poema original

Doralice López lee sus poemas rítmicos y teñidos de tristeza

Elisa Posada de Pupo cierra este grupo de poetas en el lanzamiento de la Revista Plenilunio No. 19

Larisa Rizo López, joven psicóloga, presenta su obra poética por primera vez con la Fundación Plenilunio

El poeta Germán Alberto Casallas lee su obra en la Revista Plenilunio No. 19

Ana María Múnera después de un largo receso regresa a nuestros eventos y lee sus poemas



Revista Plenilunio No. 19 en Homenaje al Maestro Enrique Buenaventura

SOLILUNIO



LUNA

Te dedico esta luna
esta noche, amada mía.

Esta oscura noche cuando
gira ella sobre mi cabeza.

Y se refleja en el cuenco
de mi pensamiento.

Te dedico esta noche
esta luna que derrama

su sangre por los techos,
esta luna herida que corre

como bestia ciega
por el desierto del cielo.


Enrique Buenaventura

Ensayo : ENRIQUE BUENAVENTURA, pasión, trabajo y gestas de poeta


Autorretrato


Por Leopoldo de Quevedo y Monroy


Después de Jorge Isaacs, poeta y novelista, quizás sin discusión, en el Valle del Cauca, Enrique Buenaventura representa con lujo, el arte y la literatura. Fue pintor, columnista, poeta y maestro de teatro, en la escena y en las aulas, reconocido en Colombia y en el mundo entero. De verbo fulgurante, sus imágenes contrastan por su agudeza, humor y filosofía.

Acompañó a su familia, amigos y compañeros de máscaras, utilería, creación colectiva, risas y penurias, por tres cuartos de centuria. La sonrisa, picardía, bonhomía y la sátira directa fueron las virtudes que adornaron su existencia. De este hombre que pisó este suelo de alegrías y trabajos sólo se podrá decir que trazó una línea a su paso y que la cavó muy hondo en el papel, en las tablas y en la historia del arte contemporáneo.

Dejó el legado de su tenacidad, de la claridad de sus ideas y de la innovación en la concepción del teatro a la generación del rock, el pop, el happening, el humo y los efectos. Tras Ionesco, Becket, Brecht, deja una estela de enseñanzas, técnicas y experiencias que formaron una pléyade de estrellas en el firmamento del escenario colombiano. Figuras como los hermanos Helios, Aida y Liber Fernández, Vicky Hernández, Lucy Martínez, Berta Cataño estuvieron bajo su égida y son el fruto de sus conocimientos y experta dirección.

Bachiller del Colegio Santa Librada, insignia de Cali y la región, Maestro de la Escuela de Teatro del Instituto Departamental de Bellas Artes, le fue otorgado el Doctorado Honoris Causa por la Universidad del Valle. Como profesor de Literatura, formó varias generaciones de cultores de la Lengua castellana en la Universidad Santiago de Cali. Sus alumnos recuerdan que a sus clases debían llegar antes de la hora porque jamás había un asiento libre por la avidez que su palabra provocaba.

Cervantes, Dostoievski, Stendhal, Balzac, Kafka, Foucault, algunos surrealistas como Breton, Artaud, Borges eran su almohada preferida y sin ellos nunca tuvo sueños ni descanso en su discurso vehemente. A ellos y a muchos otros dedicó los hondos y sentidos Poemas a los que ya se fueron.(1) Buenaventura quiso que se borrara la etiqueta de costumbrista al antioqueño Tomás Carrasquilla. “Cómo se puede llamar costumbrismo a poner sobre un árbol a la muerte a conversar con Peralta?”, respondía con sorna a sus contrarios.

Conoció casi el planeta por fuera. Viajó por vicio y por invitación de trabajo para exponer su experiencia y conocer las tendencias, desde el Polo Norte hasta Patagonia y los cinco Continentes. Alguna vez que escribió para El Diario del Pacífico después de ver la presentación de una pieza de teatro de la Compañía del argentino Francisco Petrone, se vinculó con él, lo acompañó a Venezuela y aprendió los secretos de la técnica del montaje de una obra. Conservó siempre amores para Chile y el país de Magallanes con su embrujo y sus garotas. En Recife conoció la obra de Hermilio Borba Filho y allí montó su primera obra de teatro. Cuando murió estaba terminando “Los dientes de la guerra”. Él creía que el escritor siempre debe oír, ver, y hablar de lo que palpita a su derredor.


Me gustaría escribir
como otros poetas
que cierran los ojos
y se tapan las orejas

y se hunden como náufragos
en un pozo de intimidad
y allí pulen sus versos
¡Ay!, ¡cómo los envidio! (2)


Su vocación de poeta despertó en el desespero de clases cuando de muchacho cargaba cuadernos y se aburría con los números. “Las páginas de sus cuadernos recogieron más poemas que sabias tareas”, recuerda risueña Jacqueline Vidal. Y así lo descubre ya viejo, entre asustado y sorpresas.


Hoy te he hallado –muchacho-
en un viejo cuaderno
donde, en lugar de tareas
solías escribir versos.

Y he sentido tristeza
al saberte extranjero
y he sentido miseria
al mirarte tan lejos.

Hoy te sorprendí –muchacho-
y me ha dado miedo. (3)


Enrique Buenaventura había nacido con el arte entre las venas y lo practicó hasta donde su actividad y el aire se lo permitían. Combinó la poesía con la pintura y el teatro aunque la pasión por las expresiones del público, la caracterización de los personajes, el método interactivo de creación del juego escénico lo envolvieron, la poesía era el desfogue de las ideas que en él bullían. En lugar de quitarle tiempo daban tranquilidad a su espíritu.

Ni los medios ni los corrillos de amigos ni los salones de clase oyeron de sus labios los versos que lo inquietaban. Fueron como un febril conversatorio con sus ideas que labraron miles de poemas con mano de pintor y emoción de actor trágico en escena.


La poesía es ella,
con ella me entrepierno,
la poesía es una hembra
con muslos y con pechos.

Otros lloran o beben
yo escribo, toco, huelo.
La mujer que es poesía
no reemplaza a ninguna.(4)


Su esposa, Jacqueline, su Teatro Experimental, la dramaturgia como arte de la interpretación del ser humano y sus desconciertos, la pintura, la poesía que lo acercaban a los griegos, a la Roma de Valerio Catulo, al Renacimiento y al Medioevo,(5) y su cigarrillo fueron los amores que llevó hasta la tumba. Cuando le descubrieron el enfisema pulmonar, ya en la cama fatal, alguien le preguntó: “¿ y todavía fuma? - “Fumaba”, respondió y desde ese día jamás el cigarrillo volvió a dormitar sereno sobre la izquierda de su labio inferior.

En su poesía vuelan y cantan pájaros, caminan lentos dromedarios de jorobas azules y se apegan a su cintura serpientes de fuego. Veía pasar por delante de él grillos en el silencio de la madrugada, perros ateridos de frío,(6) y los retrataba en sus versos, pero no los encerró para su deleite ni en jaulas ni jardines. “Los quería, pero de lejos” explica con dulzura Jacqueline. “No quiso nunca domesticar a nadie en su casa”. Prefirió dejarlos en libertad, a la usanza Simón Rodríguez, el preceptor de Bolívar a quien alude en sus textos.

No aprendió tocar algún instrumento, pero la música era su interlocutora. Sonaba en sus versos y le interrogaba siempre. Sólo tocó la lira de la poesía, lírica a veces y dramática con frecuencia. ¿Por qué el maestro Buenaventura no ofreció alguna vez un recital poético, -pregunté a su confidente esposa? “Toda la obra dramática de Enrique era poesía”, me corrigió.

En su ensayo “La poesía lírica y la poesía dramática” Buenaventura aclara que en el libreto de teatro la poesía no es sólo su lenguaje de palabras sino la armonía de la kinésica, del espacio, el vestuario, las luces, el maquillaje, la utilería, los gestos, que hacen en conjunto un espectáculo visual y emotivo que desborda lo lírico. Y, por supuesto, la relación que se establece entre actores y espectadores. “La escritura teatral es un género literario, una forma específica de poesía, pero – y es un pero decisivo- no tiene existencia hasta que cumple su destino : la representación.”(7)

Los poemas que tituló como Existenciales son un diagnóstico de si mismo y de la sociedad en que vivió y en la hoy sobrevivimos. No sabe uno cómo un hombre creador y ejecutivo era un descreído de la vida, de la muerte, de la libertad, del minuto que sigue y de los afanes que persiguen con sus dientes.


Vivimos de aquí para allá
como si no hubiera muros.
Nos visitan amigos
que –pensamos-
llegan de sorpresa
como si no hubiera espías.

Hablamos como si las paredes
no tuvieran oídos
y entramos y salimos
como si no hubiera rejas.

Hacemos planes
como si sobre nosotros
no pesara una condena. (8)


Jacqueline, su esposa y animadora de luchas y alegría, inspiró y se privilegió de la vena amorosa del maestro poeta. En el libro que editó con merecido cuidado la Universidad Antioquia, se recogen centenares de poemas de temas inauditos. Enrique Buenaventura en vida no exhibió las credenciales de su numen, pero en esta obra habla en testimonio para la Historia. Sin duda alguna, los Poemas de amor y muerte son uno de los tópicos más diáfanos y agudos de su ingenio. Imposible escoger uno de tantos excelentes. Sin embargo, Jacqueline se debe sentir orgullosa de que dos sonetos,(9) que no lucen la etiqueta de “dedicados”, estén al lado de los de Petrarca, Quevedo o Lope de Vega, modelos de la lírica española.


Esta dulce mujer que está tendida
y respira tan suave a mi costado
me desconoce y es desconocida
después de tanto habernos amigado.

Yo, con esa violencia desmedida,
ella, con su dulzura de costado,
yo, con toda mi carne enceguecida,
ella, con ese fuego concentrado.

Juntos hemos pasado la delicia,
juntos hemos perdido la batalla,
juntos hemos vivido la caricia

suprema y no hay palabra –todo calla,
empieza a amanecer-, el día se inicia
y allá, en el horizonte, el sol estalla.


Enrique Buenaventura, como poeta, merece un cuidadoso y exhaustivo análisis y microscopio. Por la profundidad y vastedad de sus dominios en la lírica, por la agudeza y variedad de los temas a que se enfrenta y por la contundencia de las imágenes con que ilustra su látigo y su ilógica locura. Plenilunio en esta noche exalta sin rubor una obra casi escondida y con ello intenta abrir la puerta del interés por sus versos, su canciones y cantigas de invierno, primavera y picardía.



Nota : Este texto fue leido y autorizada su publicación por Jacqueline Vidal.
(1) BUENAVENTURA, Enrique. Obra Completa I, Poemas y cantares. Medellín. Universidad de Antioquia. 2004. págs. 147-186
(2) Ib. Pág. 5
(3) Ib. Pág. 21
(4) Ib. Pág. 7
(5) pág. 35
(6) pág. 137
(7) BUENAVENTURA, Enrique y VIDAL, Jacqueline. La Poesía lírica y la poesía dramática. Ensayo. En: Esquema general. Método de trabajo colectivo. Del Teatro Experimental de Cali y otros ensayos. Maracaibo: Universidad del Zulia.2005. Pág. 68
(8) --------------- Obra Completa I. Poemas y cantares. Medellín: Universidad de Antioquia. 2004. Pág. 69
(9) Ib. Págs. 110,111



OLVIDO

Esta mujer que desconozco y a mi lado
Como tierra callada está tendida,
me desconoce y yace a mi costado
después de la batalla compartida.

Fundidos dos en uno entrelazado
acostados tomamos la medida
de lo desconocido y encontrado
y unimos a la muerte con la vida.

De espaldas a la vida y a la muerte
de frente al placer y a la caricia
hicimos lo de siempre de tal suerte

que tocábamos la inédita delicia.
Después, a lado y lado, yació inerte
el olvido, sin más y sin malicia.


INTERROGANTE

¿Ve, acaso, el ciego su camino?
¿Oye, acaso, el sordo a su enemigo?
¿Huele el enterrador a quien entierra?
¿Y come el asesino su misérrima cosecha?

¿Acaricia el manco la fruta prohibida?
¿Escucha el aturdido el canto
fatal de las sirenas? ¿Teme el rico
a los dioses o teme a los demonios?

¿Goza el perdedor de su carencia?
¿Y no vigila el pordiosero la
preciosa apariencia de su llaga?
¿Es que no tiene la vida algún sentido?

¿O es que el sentido yace ya sin vida?
No hay respuesta que no se disuelva
en mil preguntas y toda pregunta
verdadera no tiene nunca su respuesta.


A EMILY DICKINSON

No soy nadie.
¿Tú eres alguien?
¿Yo? Yo soy nada,
dame la mano,
soy manco,
dame, entonces, el muñón
pero soy renco.



DECLARACIÓN

Estuve tan cerca de la victoria
que me vi perdido.
Presentí mi calavera laureada
pero vino a salvarme la derrota.

Enrique Buenaventura


EDUARDO TORO GUTIÉRREZ

BUSCANDO A MARYURI

Soy alta y larga, mi cabeza
se parece al mapamundi…
Gloria María Medina
Por qué caminos de pan y miel
se desbocó tu apetencia de jilguero,
avecilla temblorosa y frágil,
vagando por los atajos de la vida.

Te busco en las orillas del Mar
que habita en el comienzo de tu nombre;
en el silencio de las torres
y en la delgadez de tus piernas que no acaban.

El final de su nombre es Hurí.
Busquémosla en los bosques encantados,
donde sus zapatos rotos danzan
bajo un disco en plenilunio y un techo titilante.

Hoy ha de lucir su larga cabellera,
recogida en cola de caballo
y en sus ojos cafés debe asomarse
la vaguedad del sueño en la mirada.

Atisbémosla cuando baja de la loma
en zigzag, como bailando salsa,
al ritmo acelerado que le imponen
los timbales del hambre de su estómago.

No la busquen en diarios o portadas.
Su carne seca pegada al esqueleto,
nunca será el plato fuerte de Play Boy
ni muñeca de aserrín de pasarela.

Quizás en soledad se encuentre ahora
en un patio de barro rojo e inclinado
trazando una rayuela con un clavo
y, jugando, dando saltos para llegar al cielo.

Es urgente toparnos con Maryuri.
Ella deambula por las calles,
corramos a su encuentro y protejámosla
antes de que pueda ser violada.

De esta criatura se hizo un retrato hablado
en un poema que tituló su nombre
lo escribió una maestra baladista
batuteando las palabras con la tiza.

Este retrato dice mucho y dice poco.
Es tan sólo una sombra desdibujada
de la dura realidad que la acompaña.
Además, tiene miedo y mucho frío.

Esta es la ficha que la identifica:
Sexo: femenino. Edad: muy niña todavía.
Nombre: Maryuri. Apellido: no registra.
Madre: Gloria María. Padre: desconocido.
Lugar de nacimiento: algún lugar del mundo.

En caso de ser avistada esta criatura,
Favor, comunicarse de inmediato
con Gloria, con Leopoldo, con Milton
o con algún otro poeta del grupo Plenilunio.

Nota: No se ofrece recompensa.


LOS GLADIADORES
Gallos de riña

Musculoso titán, bravo guerrero,
Gladiador de los circos legendarios.
Manso y noble capitán de mil cruzadas
Siempre dispuesto a morir en la batalla.

Emplumado y viril, ciego de rabia.
De paso firme, elegante lidiador,
Fijas la mirada mortal en tu enemigo
Emulando al romano gladiador

Es una danza de vuelos tu combate,
Es una riña fantástica de suerte;
Es un número de intrépidos acróbatas
En el que está la presencia de la muerte.

Son dos llamaradas en cruento pugilato,
Dos antorchas batiéndose en el aire;
Dos relámpagos que chocan en el suelo,
Una centella convertida en trueno.

Gallo de riña, dotado de lustre y hermosura,
De brava estirpe, peleador y combativo;
Siempre dispuesto a morir sobre la raya
Ciego y anémico, pero jamás huído.

DORALICE LÓPEZ

ENSOÑACIÓN

Siento que de la ceniza resucita el fuego
hasta donde la soledad era la escala
eres única luz en el escenario lleno de oscuridad,
en el que me hallaba sumergida.

Llegas desde la sombra pero eres real,
no un espejismo,
aquí estás, puedo tocar tu cuerpo
y posar en él la llama de mi tacto,
escucho gemir tu sangre dulcemente,
en un rodar de frágiles caricias,
descubro tus caminos sin retorno
y entre los dos se pierden las distancias.

Sin prisa llegaste cuando sentía,
que la voz de las cosas se había extinguido
se quedaban las preguntas sin respuestas
y te rodeaba el silencio de todas mis palabras.

Poco a poco capturaste mi espacio,
cambiaste mi rumbo y como un velero
me ataste a tu orilla me liberaste de las cadenas
que me ataban a un mundo irreal de fantasías.

Callas con la mirada pero tu silencio me lo dice todo
envuelta en el viento queda la magia de tu ser,
qué guardaré para siempre, en la sutileza de un sueño.


MELANCOLÍA DE UN POETA

Poeta: ¿por qué estás triste si tienes paz en el alma
un amor universal y vives con tanta calma?
¿Por qué hay tristeza en tu voz y también en tu mirada
y a veces es tan difícil sacarte una carcajada?

¿Por qué escribes al dolor que vives día tras día
qué destroza el corazón y acaba con tu alegría?
¿Por que tus versos delatan el dolor que llevas dentro
parece que tanta angustia te hace vivir muriendo?

¿Por qué las culpas ajenas las guardas en lo profundo?
¿No eres el titán Atlas, para llevar sobre en tus hombros,
las desdichas y los males de este entristecido mundo?


Tienes bien clara tu meta y sabes a qué viniste,
pero cambiar a la gente que ya no tiene conciencia,
es muy difícil, Poeta.


SENTIMIENTOS

El amor es un rayo misterioso
que desciende de Dios,
es una ola que nos inunda de hermosura,
es un grito que nos corona de silencio
y un gran motivo para vivir.
Hoy recuerdo aquellos días,
en los que cada tarde era una esperanza
y cada minuto una ilusión,
en los que no había un día en que yo no te amara.

Nadie nos podrá quitar la alegría del alma,
nadie nos podrá cercar las calles,
que felices nos hicieron
nadie podrá borrar las horas,
que nuestros sueños los días llenaban.
Temo perder lo que no tengo,
sentir lo que ya siento,
esperar lo que no llega,
besar lo que no existe,
abrazar tu mundo abierto
y no escuchar tu pensamiento.

Pena y dolor que no son míos,
por las huellas de los besos,
escritos en los labios,
por los abrazos que se pierden en la nada,
y las ilusiones que se esconden,
donde no hay sueños posibles.
Sentí tu mirada lejana perderse
en el vacío de los recuerdos,
sentí tu corazón marchito,
buscar en el pasado tiempos mejores,
dejando al descubierto la amargura
y el rencor que dañó tu sentimiento.

Cuando se pierde el tiempo en cosas sin sentido,
y no se puede regresar, ni desandar lo andado,
ni dejar una profunda huella en el camino,
se siente una culpa que hiere como una espina.
Triste soledad, gracias por tu oscura amistad
porque aunque fría y oscura
tu silencio me supo llenar.


AL MAESTRO LUCHO VERGARA

Yo le he escrito al amor y al sufrimiento
Y a las cosas sencillas que he vivido
Ahora dejo volar mi pensamiento
Y le escribo a un amigo muy querido

Maestro fue Jesús y fue el primero
Cuando amarnos unos a otros enseñara
Maestro eres tu Lucho Vergara
Amigo como pocos muy sincero.

Maestras son tus manas cuando pulsas
Las cuerdas de tu tiple mensajero
Tocando melodías con que endulzas
El oído quizás de un pasajero.

Maestro cuando entonas tus canciones
Con tu voz exquisita y melodiosa
Y tu eco se esparce en los rincones
Como el sutil perfume de una rosa.

Maestro también eres cundo trazas
Guitarras y otras formas en madera
Porque llevas el arte en las entrañas
Y las cosas te quedan de primera.

Los tiples, las guitarras, las canciones
Han sido para ti lo más valioso y
Para mi, tu sinceridad y sencillez
Hacen de ti un ser maravilloso.


ELISA POSADA DE PUPO


MURMULLOS

Cierro mis ojos
escucho de la calle sus sonidos
de carros viejos de musica estridente
la brisa juguetona se pasea por mi cuerpo
oigo el taconeo de las damas
presurosas llegan del trabajo
pasa el anciano retocando sus piropos
sacando el recuerdo de sus años mozos
la chispa cargada de esperanza
en pos de una conquista.
Hoy deseo que esta noche llueva.
y refresque mi arbol de tristeza
que florecio en mi alma.
Arbol que teje destinos
desechando los origenes del tiempo.
Hay un aroma caminando por la calle
y vagabunda duerme en cualquier parque
luego amanece preñada
de trinos y de sueños


SUEÑO

Entras en mi sueño cada noche
Permito que traigas tu recuerdo
Con tu exigencia y mirada triste,

Te acercas a mi por entre sabanas,
Me pasas tu mano dulcemente
Se crea el espejismo de la noche,
El anhelo febril me quita el sueño.

Siento ese beso en mis, aleros
Y la caricia de tu mano calida,
Pronuncio tu nombre
Con acento leve
Y te vas esfumando mansamente


VIAJERO

He viajado con mi vida
He viajado sin cesar
Cargando llevo mi herida
Que no deja de sangrar,

Cada mañana en invierno
Quiere mi herida sanar
Las espinas de la tierra
vuelve mi herida a inflamar,

Dios la cura con el tiempo.
Nadie lo sabe quiza
En las noches de desvelo,
Nadie nadie los vera.

En las praderas de afuera
Tienen rocio las flores
Ydentro de mis centidos,
Mis penas y mis dolores

Bajo el cielo agonizante,
Seguira crujiendo el viento
La vida siempre girando,
Girando en mi pensamiento


DEDUCCION

A pesar que es demasiado tarde,
Descubri que a la escala del éxito,
Se le pueden saltar algunos escalones
Pero prima la mala suerte
Que solo es hacia abajo
Por eso te lastimas esas llagas,
Al pisar todos tus callos
que al final no sabes
que zapatos vas a usar


DISTANCIAS

Cuando no existan distancias
y estremezca la pasión en mi,
cuando se ate al corazon los dos de3stinos
estare cerca de ti
cuando el vino rebose nuestra copa
y sea nuestro lecho compartido
bebere las perlas de tu boca
y el milagro de amor estara en ti.

SIN TITULO

Si este querer es culpable
que me abrio esta herida ayer
a mi me duele la vida
por eso no puedo volverte a ver
al oriente de tus ojos
dos corazones van tristes
caminante no hay camino
van dejando cicatrices.


CABALLERO

Soy como el caballero,
que perdio su reino por un caballo
el caballo perdio una herradura
ala herradura le faltaba un clavo
el clavo no tenia cabeza
cabeza fue la que le falto
al caballero para gobernar


LARISA RIZO L.

POEMA 15- AGITA MI ESPACIO

Mírame,
sonríeme,
háblame,
susúrrame,
tócame,
acelera mi espacio.

POEMA 23

Tú, la voz de mi inconciencia,
el aspecto dulce y agreste
de la voz del fondo de mi corazón.
No te silencies,
no calles, no pares.

Sigue hablándome, aliento que resucita en mí.
contacto conmigo misma
voz de mi inconciencia
no pierdas de vista mi deseo,
reencuéntrame con él.


POEMA SIETE -MUJER

Mujer inexplorada, mujer nueva,
Continente de fuerza,
emergente de las profundidades,
de un período transitorio de locura.

Quédate locura, quédate,
no te vayas ...
hazte inagotable,
inextinguible ... inexorable.


TODAVÍA

Mi corazón nunca pudo dejar de saltar
Al escuchar tu nombre,
Al mirarte,
Recordarte,
Reconocer tu voz... tu risa.


AÚN TE PERTENECE

Aún te pertenece una parte de mí
la parte que se fue contigo,
Me quede sin ella.
Contigo está bien, porque conmigo
estaría incompleta.

EL SECRETO QUE GUARDAN TUS MANOS

Un secreto guardan tus manos,
lo gritan cuando mudas desean y se esfuerzan.

Manos grandes, cálidas, sensibles
que piensan y que resuelven.

¿Qué resuelven cuando trabajan?
¿Qué sueñan cuando desean?


POEMA 19

…Estás lleno de contrastes...
¡Eres la verdadera estética!


POEMA 19 –A

Sos una obra de arte …
Estás bien escrito,
bien moldeado …

¡Fuiste hecho con maestría!


TUS OJOS

Amo tus ojos de gato
rasgados,
multifacéticos,
a veces alegres y bellos,
distantes,
a veces cercanos.
Tus ojos
tienen
sentido para mí.


MAESTRO

Salvaste mi patria,
mi tierra,
de la aridez,
de la muerte,
… entrando en la agonía
de mi geografía,
mi historia y
mi anatomía.


POEMA 31 - EL SILENCIO

Si no lo expreso antes,
lo expreso después.
Es inevitable
después de desnudar el alma ...
Como cuando no se sabe
ante quien se ha desnudado.


POEMA 61

Me voy… me fui,
no quiero irme
Es mi corazón un extranjero
en las lides de tu espesura
Solo y distante pero ávido
de recorrerte, reconocerte y re-encontrarte.

Rehacerte, parte de mi misma tierra
identificarte denso, obscuro, impenetrable
frágil, temeroso
abrupto pero … dispuesto …
Como hielo que enciende, arde y consume
que vuelve buscando la lluvia
obstinada, renovada … reciclada.

POEMA 28 - ¿UN LUGAR?

¿Un lugar?
cualquier lugar,
mientras esté contigo.

POEMA 47 – A

Iré hasta el fondo…
¡Penetraré la vida!



GERMÁN ALBERTO CASALLAS


Amor,
la lluvia
cae
y
trae
recuerdos.
Deja
así
tu mano,
Amor,
que tengo
frio
y tengo
sueño.

El agua
Canta,
casi llora
nuestros nombres,
Amor,
y
yo te miro
y
te pregunto,
Amor,
cuánto
me quieres.

Espera.
Tu cabeza
está empapada
con mis besos,
recuéstala ahí,
no importa.

que
es
muy tarde,
Amor,
pero
no te vayas aún
porque
se acunarán
las sombras
en la noche
y
se asemejará
a la muerte.
Y, entonces,
te irás
y
tengo miedo.

Mira.
El viento apaga
tus palabras.
Nada dices
Mi silencio
cortas fugas
interiores,
tus olvidos
sin luz
tras
las pupilas
diseñan
lo que luego
ha de ser del todo
la tristeza.
Ven,
quédate así
un momento más
cual la delgada
hoja
que pende
de su árbol.
Amor,
Sí,
dame tu boca.
El agua
Cae.
Está lloviendo,
mas no importa.
Estás conmigo,
amor,
y yo te quiero.


Te amo
Por la misma razón
Que amo la existencia:
Por instinto.

Te amo
Simplemente.
Te amo sin decir tus cualidades
O ignorar tus defectos.
Sin esfuerzo alguno
Porque naces en mí
Como nace el pensamiento:
Me es fácil comprenderte,
Aprender tus formas,
Hacer con tus cosas poesía.

Y me dueles tanto
Como goce me produces
Y no crece la sospecha
De que sientas o no
Cuanto me muestras.
Sé la realidad
-hermosa, la cruda. Toda entera-
Y sobre ella te semiento.
Y me alegra no saberte perfecta
Pero si caótica,
Casi fiel a la noche
Como una escaramuza de la muerte
Por tu cuerpo.
Y me alega sentirte tan común
Como quien dice “llueve”
O como quien compra su pan
Por la mañana
Y ve caer la tarde desde afuera
Y no tiene de que acordarse
Ni de que llorar.

Pienso mucho en ti.
Quizás no todo el tiempo.
Más no importa.
Están dispuestas
Las muchas maneras de expresarte,
De hacerte sentir,
Que te significa en mi razón
Como la planta es al suelo
O la inteligencia a la locura.
Y tengo medidos tus giros
En la desenvoltura de mis brazos,
En mi capacidad de recibirte
Y en mi espíritu están tasados tus actos
Y la acepción de cada una de tus palabras
Que llegan a ser frecuentemente vulgares
Porque no todo puede ser limpio
En tu dialecto.

Puedes, entonces, repetirte,
Ir o regresar.
Conozco la dimensión
De tus silencios
Y el lugar donde guardas tu sonrisa
O la distensión y la cisura de tus labios
En el instante último que precede al beso.
Siendo así puedes comenzar,
Ahora mismo si lo quieres
A despojarte de artificios,
A dejar tu falso enfado y egoísmo:
Ya sé del tierno volumen de tus senos
Y de la extensión y la hondura de tu idea;
De la necesidad de que te cubra
O te encele
Como la misma necesidad de tragar tu aliento
Y de reducir todo lo nuestro
A un presente continuo
En el movimiento de la alegría hacia la angustia
O en el camino inverso
Cuando rompen las alas de una verdad desconocida.
Porque sé también
-en la exacta medida del deseo-
Cuanto hay en ti
Para hincharte el vientre con lo mío
O para no hacer nunca carne y pensamiento
Esto que la gente llama Amor,
Por darnos un solo nombre,
Y no ser renovados ante el tiempo
Cuando hayamos traspasado
Los limites oscuros de la vida.
Cuando se hayan levantado definitivamente
Las sombras de nuestras manos
Para apretar la tierra
Como si pretendieran alcanzar los sueños
Para no ser más de lo que somos hoy.
Y te bese
Ese beso progenitor de los más grandes pecados
Ese beso fue la más bella voluptuosidad
es decir la voluptuosidad exquisita y suprema
Fue para mi expresar y expresar palabras en silencio
Casi con una cierta embriaguez discreta
Tus labios, a mis labios
Ese beso produjo horas y horas de pasión
Ese beso excito mis nervios
Y puso mis venas en un estado febril
Y nuestras pupilas se tornaron vivaces
Y fue nuestro mundo fantástico
Beso de sinceridad
Y fuimos presa fácil de una agitada locura
Y fueron míos tus deseos
Y fueron tuyos los míos
Y así… tú y yo fuimos
creando este bello preludio del amor
que no morirá jamás.


ANA MARÍA MÚNERA


POEMA EN FLOR

Ha llegado el instante
de recoger las semillas,
de respirar suavemente.
Entre caricias y flores
asentarse en el poema
y apropiarse del silencio.

FANTASIA Y RUBOR

En sus mejillas hay
color del brío,
un corazón entusiasta
es de rosa y coral.
En cumbres de vigor
la quimera esparce
un agasajo intrépido
que pronuncia el cariño

SINFONÍA AMAZÓNICA

El color de la esperanza
y el sabor de los deseos
se congregan en un edén
de verdes y dulces ilusiones.

Una sinfonía de soles
abriga el habitat
conjugando los colores.

Se dispone la entrega
del sublime sentimiento


MAGIA E INSPIRACIÓN

Entre flores y follajes
se entrelazan los guadales
sueños renacen
al llegar la inspiración.

Una dicha es alcanzada
al florecer los delirios
la primavera perdura
arrullando el amor.


ENSUEÑO Y PASIÓN

Cual palomas fantasiosas
aparearon sus vivencias
en un atardecer cobalto,
desnudaron su esencia.

Lluvia de aromas
apresuraron la dicha,
dos almas gemelas
perfilaron el letargo.


LA DANZA DEL VIENTO

Mientras la luna mimaba mi espalda
se vistieron los deleites de colores,
tus potentes manos descendían de la cabeza a mis pies
y un te adoro abrigaba mi cuerpo con sentido propio .

Rojo y azul fueron las voces del ensueño
mientras la calle seguía sus cotidianos días,
cual mariposa de libre vuelo
llegó a mis músculos un entremés de gozo


HERENCIAS

Las flores del recuerdo
han perdido su fragancia,
pertenecen al ayer.

Sin embargo, serán siempre el espejo
de las evocaciones del presente.

Los pretéritos afectos
son libros de la memoria
estarán constantemente
en un nuevo intercambio.

Los pasados yacen
con el nuevo presente
a pesar de que lo vivido
moldee nuestro futuro.


GLORIA MARÍA MEDINA JIMÉNEZ


EL MAGO ARCANO I

El viajero detendrá la fuerza del caballo,
dominará su brío,
la barrera de silencios
y le hará revisar el horizonte.
Una fiera en su interior
lo ordenará continuar el viaje,
mas no lo arrastrará su corriente,
batirá sus alas para borrar seguro
el olor del sudor
que le atraviesa los recuerdos.

Sobre la mesa lo aguardarán
los artificios,
el ánfora de mixturas
las migajas del último trigo,
las manchas del vino en cada beso.
Todo será desnudez que aguarda
el menú de cenizas que se sirve con el tiempo.

En el cáliz aún beberá pasión
la voluntad llegará con cinco vértices
y en ninguno de ellos el perdón
encontrará la frescura de una sombra.
Aún así, lanzará el sombrero
para buscar la verdad de hueso
que trae el sol a las cinco de la tarde.

Volverá sus pasos
deshará las huellas, recogerá semillas,
un quetzal azul anunciará el reencuentro,
resonará el canto de la aldaba,
y un hilo de duende atará sus figuras
en la luna sin fin de la ventana.



LA SACERDOTISA. ARCANO II

La mujer de trenzas blancas se sentará en su trono,


descifrará las claves del libro en su regazo.


Absorberá el aroma de los años
mientras desdobla las páginas de su propia muerte.

De su cabeza colgará un velo líquido
en el que colgará su crisálida la mariposa blanca.
Cubierto de promesas vivirá su rostro
y ocultará la magia que en sus ojos asoma.

En su corona de flores y de musgo,
guardará las claves de la sabiduría
y el conjuro para el bosque de incógnitas
que flota en la noche y se resuelve con el día

Vestida de rojo será puerto de luz,
en su capa dormirá el espíritu que vuela,
En cada pliegue del rostro guarda un secreto,
su nombre será Isis, Cibeles, Pachamama, Hera.

Presagios y vaticinios saldrán en espiral de sueños.
Disolverá los problemas en la redoma de sus dedos
mientras en el fondo de su mirada asomarán temprano
las respuestas al dolor, puñal que penetra y purifica.

La Sacerdotisa cogerá tu mano y retirará el velo
que te separa del templo de las lágrimas,


te enseñara el camino de espinos en que navega la duda
y escucharás por fin el laúd que le canta al sentimiento.
De revés, se encripta en su torpeza, cojea, detiene el paso,
se encierra, olvida la llave, se hace manojo de leña seca,
pierde las letras del hechizo, las recuerda falsas,
no resuelve las encrucijadas y se consume en la mudez.



LA EMPERATRIZ. ARCANO III
La Emperatriz vendrá con su máscara de azucenas


y su corona de doce signos en el ciclo del alma.


Con su intuición, escudo de Venus,


dominará la bandada de fantasmas que cruzan


y retornará al cauce el arroyo y la brisa a su armonía.

Sobre sus cabellos de nieve la corona avisará su misión de luciérnaga,


su poder de Ceiba, su olfato de anciana desatará las ligaduras.


Extenderá sus uñas de sol sobre los cuerpos y convocará a la sombra,


sobre la hier­ba o el agua.
En su mano derecha el águila amarilla anunciará la potestad de su vientre,


y la elevará sobre los riscos no vencidos,


llenará el ánfora del peregrino de los pies en sangre


con el elixir de la vida que resuelve los enigmas.


En la siniestra, o en la calle de la espalda traerá vacilación,


la acción arrastrará sus pasos el bosque cambiará su ropaje verde por arena estéril,


perderán sus yemas los naranjos y los pájaros olvidarán la llamada del cortejo.



EL EMPERADOR ARCANO IIII

Portará un cetro del que brotará la música del pensamiento,
desde la tierra, el halo protector de su escudo, lo cubrirá,
sus ideas y sus deseos, habitarán la estancia de la razón.
El águila de la inteligencia agitará sus alas para unir los polos,
anunciará la hora de bañar los labios con el vino del equilibrio.

Apoyado en el trono de la carne, preparará su viaje inacabado,
tendrá un solo pie y un ala, para cruzar todos los caminos,
el collar de trenzas doradas, no le aprisionará el cuello,
su espíritu podrá seguir al ave que conoce el laberinto,
será el juez de las partidas y ofrecerá feliz su paño de consejos.

Dos veces dos, cubrirá el campo con semillas,
dos y dos se detendrá para hacer posible el nacimiento,
dos en dos para hacer nudo el abrazo que se cierra en beso,
dos para descansar sobre la silla de la reflexión,
dos veces dos para cambiar el ropaje y viajar en otra alfombra.

A la inversa: un huracán lo arrancará del trono,
la casa perderá su brillo, rotas las ánforas derramarán el vino,
la sangre no fluirá en armonía, una sombra de musgo teñirá sus párpados,
se perderá el juego del dominio y los bienes escaparán en otros dedos.
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