La maestra Águeda Pizarro abre el homenaje a Matilde Espinosa en el Museo Rayo.
En la mesa, Clara Ventura, Guiomar Cuesta, Gloria Cepeda y Diego F. Castelblanco
ROLDANILLO ES MUJER Y POESÍA
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Acabo de desempacar los besos y versos que recogí en el fardo de mis huesos y sentidos en el Museo Rayo durante el 24 Encuentro de Mujeres poetas colombianas. Fueron más de 250 las que inscribieron su nombre y sus sentimientos en el ya largo libro de memorias de Águeda Pizarro y de su quijotesco esposo.
El Encuentro cumple ya los 25 años necesarios para incubar, salir del cascarón, evolucionar, vitaminizarse y salir del difícil interregno de la pubertad. No es ya una muchachita voluble y quisquillosa tratando de impresionar en el Olimpo a Erato y Juno. Es una Dama entera, que ha ido creciendo paso a paso, en la dura vía por donde también condujo Virgilio a Beatriz a través de oscuridades y meandros. Águeda Pizarro con maestría y dulzura ha ido cultivando rosas en el escenario que Omar Rayo construyó para enaltecer el Arte colombiano. El rosal viene aflorando en retoños nuevos cada año. Este 19 de julio Leidy Janeth Vásquez, antioqueña de 26 años, recibió el Primer Premio Nacional del Concurso Ediciones Embalaje.
Desde el martes 16 las paredes del Museo se vistieron, en una exposición retrospectiva del Maestro Rayo, de unos 150 cuadros de niños con cara adulta. Se presentaron en recitales especiales las poetas Meira Delmar, Dora Castellanos, Gloria Cepeda Vargas, Marga López Díaz, Margarita Galindo, María Teresa Ramírez, Mary Grueso, Encarnación García y representantes de la Etnia de Guambía. Igualmente, dejaron oír su lira las figuras consagradas en ediciones anteriores. Se realizó homenaje póstumo a Aurora Arciniegas, Ninfa Aurora Rodríguez y Matilde Espinosa, poetas que recién hicieron mutis por el foro sin aviso previo. Se oyó la voz de Gloria Cepeda el viernes 19 para dibujar en pieza magistral la vida y obra de Matilde Espinosa, quien hasta hace un mes era la decana de las mujeres colombianas en la poesía.
Durante cinco días Roldanillo fue testigo del trabajo sin tregua que directores y poetas han logrado producir días y noches de imaginación, borrones y escritura. En carrusel multicolor fueron leyendo jóvenes, mujeres curtidas y maestras que se han formado en las eras de este jardín del Arte. La tarea no ha sido fácil. Jamás la poesía ha sido terreno en donde se recogen frutos de inmediato. En noches de Luna, días de lluvia, el abono de la sugerencia, semillas y frutos han sufrido la criba de la crítica y cuidados en talleres y coloquios personales.
Mujeres que asisten cada año a Roldanillo a nutrir su bagaje de imágenes y de palabras nuevas, a afinar el oído con versos inusitados y sonoros, han viajado por países y regiones para llevar debajo de su vestido y entre el pecho, testimonio vivo del manjar servido en el plato de los Rayo. Muchas de ellas han cosechado premios regionales, nacionales e internacionales que acreditan la labor cumplida a lo largo de cinco lustros.
Las lecturas iniciales de quienes participan no serán siempre sorpresas exitosas y serán pininos vacilantes. Pero nadie espera que un árbol nuevo brote sus frutos sin la edad y el paso de vientos, soles, fríos y vendavales. Las asiduas visitantes van sintiendo en sus senos expectantes el temblor de la inspiración y de sus ramas van saliendo poco a poco pomarrosas, uvas blancas o mangostas de indudable calidad. Las memorias anuales registran el progreso lento pero armónico de la criatura que se gesta en los Encuentros. A su crecimiento en la Cultura contribuyen recitales, talleres, el bullicio del baile con las Cantaoras del Patía, los acordes monotemáticos que entonan los guambianos y las obras de teatro de la Máscara de Cali.
Desde esta página saludamos y aplaudimos con entusiasmo, a Águeda, como ella lo hace a quienes son llamadas al frente a llenar una página más en el calendario del Encuentro, - contraparte de la producción igualitaria del hombre en la poesía-.
Águeda Pizarro, motor y madre de los Encuentros de Mujeres poetas colombianas, espacio democrático para la poesía y la mujer, sin edades, etnias, creencias ni sabores.
La poetisa Gloria María Cepeda Vargas, amiga y colega de región de Matilde Espinosa, hizo un ensayo oral vibrante, con voz tronante, para tallar en el aire la efigie de la poeta que ya no volverá a Roldanillo en presencia física.
La poeta Guiomar Cuesta Escobar hizo parte de la mesa que delineó la importancia de Matilde Espinosa en en el contexto nacional de la poesía.
Diego Fidel Castelblanco, literato universitario y asistente asiduo con su madre Beatriz a los Encuentros, leyó la nota que describe el momento de la despedida en la ceremonia fúnebre el día de su sepelio.
La maestra y académica Dora Castellanos llegó de nuevo a Roldanillo cargada de libros y versos para niños
La poeta Adela Guerrero lee en la sesión especial de la mañana que reunió a las ganadoras del Primer Premio en este edición del 24 Encuentro de Mujeres poetas colombianas La poeta Fanny Muñoz lee en la larga sesión más brillante del Encuentro 24 el día sábado 19 cuando se presentó la muestra consolidada del trabajo que realiza Águeda y su esposo por la poesía, la mujer y el arte.
La psicóloga y poeta Gloria María Bustamante leyó e hizo vibrar a la mujer con los dardos encendidos de sus poemas sobre su par en la tierra, el hombre.
Bella Clara Ventura regresó al Encuentro de Mujeres poetas colombianas con sus nuevos libros
Después de un prolongado receso involuntario Beatriz Zuleta de Manizales regresa a Roldanillo con su poesía elaborada con pausa y señorío
Martha Patricia Meza conmociona siempre al auditorio con sus controvertidos versos. Esta vez Lilith hizo las veces de profetisa y nos relató una versión nueva de un génesis distinto
La poeta Margarita Galindo lee sus poemas en la noche especial de poetas consagradas con el sello de las distinciones nacionales e internacionales.
Águeda Pizarro, alma e inspiradora de los Encuentros, proclama las poetas ganadoras del año 2007. Ya son 24 Encuentros y el trabajo ha valido la pena. Roldanillo ha perdurado y ha ido formando una fuente anual de nuevas figuras que irán pregonando la tenacidad y amor que los esposos Rayo-Pizarro han regalado a la Poesía y al ArteEl 24º Encuentro inscribió en el Círculo sagrado de la Poesía a Leidy Janeth Vásquez como ganadora del primer premio con edición. Su poesía tiene un lenguaje rico, imágenes vivas y contenido de original y profundo
La poeta Esperanza Jaramillo de Armenia, ganadora del primer premio sin edición lee poemas de su libro Tiempo de escarabajo
Piedad del Carmen Morales trajo al Museo Rayo el toque de poesía acorde con su perfil humano. Su sensibilidad por la condición vulnerable del ser humano le inspira versos de gran factura y dolor.
A dos voces, la poeta y académica Guiomar Cuesta Escobar presentó el laureado libro Casildea de Vandalia, junto con Gloria María Medina, compañera de andanzas.
La poeta colombiana residenciada en España, Anabel Torres, presentó un recital completo de sus diez libros de poemas.
Libia Eugenia Vélez volvió al Encuentro con cara alegre y fresca poesía y se regocijó con sus amigos
Rocío Santacoloma, poeta, nueva Secretaria ejecutiva de la Fundación Museo Rayo, lee sus poemas de su libro ganador del tercer premio Auroras
Mary Grueso de nuevo hizo poner de pié al auditorio en Roldanillo con su voz potente y su palabra de maestra
Tres figuras del Encuentro. Gloria María Medina por su trabajo aplaudido sobre la magia y las conjuros, Martha Patricia Meza por su acostumbrada iconoclastia y Gloria María Bustamante por sus hirientes versos contra el hombre
La poetisa Margarita Rosa Patiño Arbeláez de la plantilla de la Fundación Plenilunio hizo amacecer el domingo 20 en el auditorio del Museo Rayo para leer sus poemas con frescor y sabor a pan
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