lunes, agosto 04, 2008

ALOZ ROJAS, Capitán de un barco

ENCUENTRO No. 52 CON LA POESÍA, LA MÚSICA Y LA PINTURA
Y LANZAMIENTO DE LA REVISTA PLENILUNIO No. 22
en
Homenaje al poeta caleño ALOZ ROJAS

Lectura del Ensayo
“ALOZ ROJAS, capitán de un barco y tejedor de versos”
Por LEOPOLDO DE QUEVEDO Y MONROY

Lectura de POEMAS:

ÁLVARO LOZANO ROJAS MARGARITA ROSA PATIÑO
DORALICE LÓPEZ ELISA POSADA DE PUPO
GLORIA OGONAGA PELÁEZ EDUARDO LUNA HURTADO

CONCERTINO MUSICAL:

GUSTAVO HERNÁNDEZ CAICEDO, tenor
JUAN CAMILO ROJAS, al piano

Lugar : Centro Cultural Comfenalco, Valle
Calle 5ª No. 6-63 Torre C, Mezanine
Fecha : sábado 2 de agosto de 2008




Aloz Rojas, Álvaro Lozano Rojas, poeta caleño, de sonrisa blanca y cumbre nevada a quien la Fundación Plenilunio dedicó su evento mensual
Foto Cortesía de MIC, de NTC
La poetisa y presentadora de la Fundación Plenilunio Gloria María Medina ofrece el Evento durante el Homenaje al poeta Aloz Rojas y agradece al público, a los donantes de SIESA y la Familia Otoya Domínguez y a Comfenalco, Valle.

AGRADECIMIENTOS :

A quienes asisten cada mes a nuestros eventos. Hacemos reconocimiento de su amor por el arte que nosotros recogemos y les brindamos en cada encuentro.

A los doctores FERNANDO Y PABLO OTOYA DOMÍNGUEZ y ANA MARÍA CASASFRANCO, directivos de SIESA, Sistemas de Información Empresarial, S.A., quienes acaban de realizar una importante donación a la Fundación Plenilunio, la cual permitirá que en adelante los poetas que publican en la Revista Plenilunio no tengan que pagar de su bolsillo los versos que nos ofrecen. Su donación constituye un gran aporte a la Cultura, al arte y a la ciudad de Cali. La Fundación Plenilunio estará eternamente agradecida para con la familia OTOYA DOMÍNGUEZ y su empresa caleña.

Al Centro Cultural Comfenalco Valle, con su Coordinadora de Educación y Cultura, Dra. DIANA FERNANDA AGUIRRE y a la Coordinadora de Bibliotecas Dra. ALBA LILIANA TORRES BOLÍVAR. Por su medio Comfenalco apoya los objetivos de la Fundación Plenilunio para brindar este Evento artístico que se merece nuestra ciudad.


El escritor Leopoldo de Quevedo lee el ensayo
ALOZ ROJAS, Capitán de un barco y tejedor de versos

Por Leopoldo de Quevedo y Monroy

Aloz Rojas, es el mismo Álvaro Lozano Rojas, hijo de Lorenzo y de Lucía, nacido en Cali, de andar apresurado y firme, sonrisa blanca, cumbre nevada y mirada de navegante. La vida lo ha graduado de viajante, conversador y grabador de palabras sobre el mar, selvas y del hombre en sus miserias.

Lo encontré una mañana sentado en un sillón de brazos torneados frente a una galería de fotos familiares, rodeado de su esposa lejana, de sus 10 hermanos, su hijo y de un florero enorme de amistades. Bebimos un café negro como su carne, que elevaba aroma de la tierra por entre el humo que salía del pocillo. De su boca fueron saliendo anécdotas, barcos, mujeres, ciudades, tragedias, recuerdos de su matrimonio con la rubia noruega Cecilie Ovrum, viajes y, a la par, la poesía. Se acordó, entonces, de las Palabras del marinero Paal Ovrum a su mujer que espera en el puerto:

Dices que la quemadura de mi mar
es una mentira.
Que ese mar me aparta de tus brazos.
Que los vientos que me ausentan y me traen
nos han ido acercando al olvido.

Pero te digo, mujer,
que la quemadura de mi mar no existiría sin tu espera.
Que todos los vientos me llevan hasta tu ventana.
Que el rumor del agua es mi canción empujada por la brisa,
y el agua que arropa tus pies en esa orilla
te trae hasta mí, dibujada en la espuma.

Te digo, también,
que cada vez que miro el horizonte
te encuentro asomada en ese paisaje triste que te agobia.(1)


Sus padres ya se fueron de la vida pero le queda Cali, su patria chica, a donde ha vuelto de sus permanentes travesías. Estudió el bachillerato en el Colegio Americano y periodismo en la Universidad Central de Caracas, Venezuela. Allí se integró al grupo de jóvenes artistas de entonces, Mario Bejarano, José Balza, Carlos Noguera y Pepe Barroeta.

Por sus ojos ruedan los recuerdos de estudiante de su primera novia. A los 13 años escribió la letra ya perdida de unos versos que salieron de la zarza de su amor naciente. Con gesto vivaz y expresividad sobre su rostro relata que su amor por la novia poesía nació al impulso del famoso librero y malogrado idealista, Leonel Brand. Junto a la iglesia de San Francisco un día lo interpeló cuando notó su afición por los libros. - Hola, Pelao, ¿le gusta a usted la poesía? Y le puso en las manos al maldito Rimbaud. No lo entendía. Estaba en el segundo grado de bachillerato. Luego le prestó a Neruda, a César Vallejo, a Walt Whitman y a Miguel Hernández. La poesía estaba soplando la hornilla y atizando el fuego en las ilusiones del muchacho. Más tarde haría el poema Oda póstuma a Leonel Brand que publicaría El Socialista en Bogotá y se difundiría en multitud de copias del humilde mimeógrafo. Al terminar su bachillerato partiría por cinco años a Venezuela.

A Aloz Rojas no le falta el kepis de capitán de barco para dirigir el curso de la proa de su poesía. Él conoce las señales y peligros de los sargazos junto a los arrecifes, los nubarrones de tormenta que se ciernen sobre cubierta, los embates de las olas contra las quillas y del vaivén de hamaca de su vida amarrada en puerto a salvo.

Conoce la sabrosura del salmón y las especias de que se venden junto a los malecones, de las delicias de cangrejo y la cuchilla del tiburón y de las miradas tempestuosas de las hembras transhumantes en los muelles.


Los barcos llegaban escalando las mañanas
y los muslos de las muchachas que esperaban.(2)

Su mano sobre el timonel ha virado sobre fiordos y rocas coralinas y ha llevado con parsimonia el viaje por el azul de ballenas y delfines. Sus versos van rodando por sus labios sobre las ondas y hasta el oído llega un sabor de peces con el humo del carbón.


Amontonados en la proa
festejábamos con gritos y con canciones obscenas
el fragoroso horizonte que nos aguardaba.

¡Al dragón o a la Reina!
apostábamos los favores de la hija de madame Li Loi
virgen de los pequeños pechos,
soñada, casta y salobre
como la desnuda estatua con cola pez.

O a navajazo limpio
tras el escueto lance del reto al grito
trenzábamos los pleitos
por las hembras de la casa de Ana.

Había siempre mil maneras
de extraviar en azares y broncas
el parsimonioso tiempo del atraque. (3)


Su único libro escrito Festejos y memorias es un canto a la mar, al puerto, a las muchachas que alzan sus miradas sobre la popa, a la ilusión de encontrar a la llegada al amor de paso y al bronco ron que calma la sed que deja el viento en los ijares y hace explotar la felicidad de llegar a tierra firme. ¿Quién podría dudar que Aloz Rojas no es un hombre nacido de las entrañas del coloso de agua verde y que su vida no ha transcurrido como un viejo lobo que lanza sus aullidos por los siete mares? Sus dientes de marfil, piel de foca azul, nariz quemada y barba de espuma curtida a golpes contra el espolón de la experiencia nos hacen adivinar su anclaje de hierro y mástiles con velas de alta mar.

La vida de Aloz Rojas puede ser simple. Ver que de mañana salta a tierra de su barco, baja a las tiendas donde sus amigos venden noticias, vaga por las esquinas llenas de minifaldas y perfumes, oye las risas y la música de los bares, deposita unas monedas de versos en el oído de los amigos, cuenta historias de lugares sórdidos y amuletos y de noche se refugia en su camarote al lado de una botella de cognac. Allí encuentra descanso a su músculo cansado y puede pensar en el amor que dejó allá afuera en la intemperie y dentro de la inclemencia del reloj.


En la época de las subiendas
he ido a buscarte a las pescaderías
y he hablado incesantemente bajo las toldas
con hombres que huelen a pimienta
y sajan el pescado entre imprecaciones y cantos.

Si alguien me ha dado una seña
o me ha hablado de tus amoríos,
he ido a buscarte a las orillas
por entre las mujeres que lavan la ropa en el río.

Y, cuando por el perfil,
cuando por la manera de estar sentada en la arena,
he creído encontrarte,
me he acercado y te he llamado en voz baja.(4)

Un día cualquiera otea por entre la bruma y los sonidos de la gaviota que trae un mensaje entre su pico, pone tabaco en su pipa y prende motores para emprender nuevo viaje a puertos de amor, sol y noches con luna. Toma el timón y enfila la proa hacia mar adentro. Porque el mar le sabe a vida, a axila de mujer, tiene cara de tarde de pasión y cuando empina sus crestas abre la boca para entonar su canción de agua.

La poesía de Álvaro Lozano bordea y de adentra en el mar que es su vida. En su barco ha crecido, ha sentido el rugir del león marino a media noche y ha probado las delicias de la carne, el vino y el pescado. Ha sentido miedo y ha aprendido a tener el ojo abierto que le avise la llegada a la puerta de la mañana y del turbión que azota por barlovento.

Un día el viajero Aloz arrimó su barco a otro mar más furioso que el de las aguas. El de la guerra diaria en Colombia en donde mueren más hombres en las calles y montañas que peces y rayas entre redes y con arpones. Se horrorizó de los estruendos de cilindros y del trepidar de ak47s contra mujeres, niños y soldados. Ya no eran quejidos de hembras en celo sobre la cama y en ardiente juego. Le tocó ver a una maestra caer bajo las balas y dejar el futuro truncado de unos niños que estudiaban de su mano. Entonces su voz se ahuecó y enronqueció con estos versos a La Maestra que esparció sobre su memoria:

A la memoria de los maestros sacrificados

Cuando entraron las balas por la ventana de la escuela
la maestra quedó crucificada como una mariposa de sangre
en el cielo azul de de tiza dibujado en el tablero.

Antes de la eternidad de ese instante
sus alumnos aprendieron los distintos nombres del árbol.
soñaron un mar poblado de delfines
y un barco tripulado por niños
que buscaban La isla del tesoro.

Pero esa tarde oscureció temprano
por el llanto y el humo, en la escuelita de Mapiripán.(5)

Aloz Rojas lleva encima de su cuerpo un volcán de nieve con los ojos dirigidos a hacia el mar y los recuerdos. Dentro del fuego y la lava de sus versos resucita a unos poetas muertos. Porque su poesía es de amor, como la de Neruda, evoca a Vallejo en su rabia por la vida en huída y destruida. Su palabra es un manojo de melancolías en medio del florero de su ya añejo barco. Su poema Norge, dedicado a Cecilie, parece la habitación más cerrada de ese barco en donde guarda con llave el cofre de la primavera y el oro de sus primeros años:

De aquel país lejano
el mar

De aquel país
las heladas penumbras del invierno.

De aquel país
la primavera.
La muchachas acostadas en los parque
o desnudas como peces de plata
en el perfil oculto de los acantilados.

La primavera que llegaba con ese olor a madera y bacalao.
Un olor antiguo macerado por la lluvia y el tiempo
en los galpones de piedra de los muelles olvidados.

La primavera de Bergen,
¡ahora tan lejana!(6)


Los ojos de Aloz Rojas lucen como un lago en otoño que tributa con hojas sus aguas a un mar dormido. Se agitan sus párpados y su cabeza nublada hace un gesto de duda. ¿En qué mujer, en qué puerto, en qué muelle fijará absorta su mirada? Su bitácora está lista, la proa elevada espera la hora en que el capitán ordene desamarrar las sogas que liberen la mole de su envergadura. Sus labios musitan una canción noruega y entre las velas de nuevo resuenan los vientos que lo impulsarán a otro sueño.

En la tarde,
la mujer a mi lado
sueña lentos crepúsculos
y el destello del hielo.

Adivino
la procedencia de la quilla y el remo,
del espejo y la máscara,
de la gaviota y el fiordo
cuando me recuesto en su orilla
y escucho el vertiginoso rumor
de su sueño.(7)


Cali, 13 de julio de 2008 11:37 a.m.

Nota: Esta reseña tuvo como base una entrevista del autor con el poeta y se publica después de haber sido aprobada por el mismo.

Citas de su libro :
(1) ROJAS, Aloz. Festejos y memorias. Poemas. 2ed. ampliada. Cali: Feriva. 2002. Pág. 33
(2) Ib. Pág. 13
(3) Ib. Pág. 25-27
(4) Ib. Pág. 51
(5) Ib. Pág. 91
(6) Ib. Pág. 73-75
(7) Ib. Pág. 57

El inmenso poeta ALOZ ROJAS, ofrece en noche de gala dedicada a su vida y obra, poemas de profundidad como el mar que sueña en sus versos y de rara musicalidad y paisaje.


POEMAS DE ALOZ ROJAS

II

Para Viviana Arango

Te he buscado también en os pueblos
donde guarda los secretos el tiempo.

Los pueblos aquellos con una sola calle,
un solo campanario
y una docena de vírgenes tristes
que revolotean como pájaros viejos
cuando escuchan la voz de los viajantes
que van de puerta en puerta
ofreciendo tafetanes y encajes.

Hablo de las tristes muchachas olvidadas
que gritan adioses desde las chambranas
y saludan con el corazón alebrestado
a los cascorvos tenientes de caballería.

Pero, sobretodo,
hablo de los pueblos aquellos
donde el alboroto y la cháchara
y el rumor de las faldas
asedian a los forasteros
que no han venido de ninguna parte,
y cuyo único oficio es ir y venir de pueblo en pueblo,
armando la fiesta.


LA CANCIÓN DE MARÍA

Para María del Carmen Sarria

Antes que todo,
antes que la palabra y que todo,
antes que los pájaros del agua
sembraran de música la orilla,
te había dibujado en la arena,
había porfiado por inventarte en la espuma,
te había escuchado en el viento.

Antes que me mojaran tus aguas
te había soñado desnuda
tallada en la piedra.
Me había extraviado en tus rumbos,
había naufragado en tus aires.

Por eso, cuando adiviné que llegabas,
ya conocía de memoria tus rutas.
Sabía de tus lluvias,
sabía de tus playas,
sabía de tus lentas mareas, María.

HAVN

(Tomado de los relatos de Cheo Morón, marinero que perdió la gracia del mar.)

Para Rafael Penagos y Guillermo Maldonado

No sabía que el puerto
ocultara sus verdores,
la lenta esgrima de los tulipanes,
el esplendor sobre el bosque de mástiles
en los huevos de luz
que guardan entre las piernas sus muchachas.

Supe más tarde
que el desove de la primavera
se iniciaba con las amplias maniobras
de las caderas de Sissel.

¡Puerto del Rey donde naufragué tantas veces
en mi ruta hacia las Baleares!

Había un fervor de axilas que nos sublevaba,
un lento batir de brazos
festoneaba el aire de las gaviotas.

A lo lejos
junto a los fardos estibados,
altas mujeres,
rubias hembras en llamas,
ardían en la salmuera de nuestras pupilas.

Desmemoriados, acosados por la larga vigilia de hombres solos,
-sombras ya, en la herrumbrosa memoria
de las mujeres del puerto- imaginábamos feroces braguetas
para apaciguar el alboroto del hembrerío.

Desvergonzados,
la lengua sembrada en el recuerdo del último beso
-fugaces varones en la memoria de las procaces
putas del puerto- oteábamos hasta el delirio
la sombra sin tregua de sus vientres,
el lejano temblor de sus pechos.

Amontonados en la proa
festejábamos con gritos y con canciones obscenas
el fragoroso horizonte que nos aguardaba.

¡Al dragón o a la Reina
apostábamos los favores de la hija de madame Li Loi!

Virgen de pequeños pechos,
soñada casta y salobre
como la desnuda estatua con cola de pez.

O a navajazo limpio
tras el escueto lance de reto al grito,
trenzábamos los pleitos
por las hembras de la casa de Ana.

Había siempre mil maneras
de extraviar en azares y broncas
el parsimonioso tiempo del atraque.

Con barajas vencidas por el truco y la cizaña,
o con viejas monedas
alumbradas por el callado perfil de una reina antigua,
o por el fuego apagado de un dragón de siglos,
dilapidábamos el fervor de nuestras vidas.


La poetisa Margarita Rosa Patiño de la plantilla de la Fundación Plenilunio vino esta noche con lucido traje y poemas soñadores

MARGARITA ROSA PATIÑO ARBELÁEZ

LEYENDA SIN DUEÑO

Seré lumen latente, la fogata que abraza,
La manta que te abriga en invernales noches
luciérnaga en concierto, en tu jardín de rosas
La lumbre que flamea - en vidrios de colores.

Seré el sleepen rojo de los días sin prisa
cuando el mar arrullaba las noches sin cerrojo
y pasaban los días sin normas, sólo risa
unicornios en vuelo veía en tus ojos.

Seré el rucio paraguas que cubrió nuestras prendas
a ritmo de tormenta, relámpagos y truenos
nos llevó danzando entre charcos y sendas
a la florida estancia con colchones de heno.

Seré la vieja lampara que frotaron tus manos,
surgieron paraísos de ensueño.
Regaló a nuestras vidas lo místico, lo humano
visión escondida y leyenda sin dueño.

ROSA DE LOS VIENTOS

Una azulada rosa saludo mi camino
oculta en sus pétalos mensajes de ilusión,
el cálido aliento de un beso peregrino
y la callecita con luz de ocasión.

Cultivada donde el mar la acaricia
por manos laboriosas de un sabio labrador
quiso sembrar de besos olas con su risa,
con lágrima azul las abonó de amor.

Hoy me entrega sonetos, lunas cancioneras,
aromas de ambrosía, golondrinas viajeras.
Galopa como el viento un niño en Platero
la ruta del marino, sueños y quimeras.

Llega, llega la rosa - encuentra su norte.
Danza su cuerpo… vuela - Cromáticas esferas
sostienen las alas de su musa consorte
corre a plantarla en su era.


CONCIERTO

Qué importa que el concierto terminara,
si ya escuché, del amor su melodía

si pude ver la danza de los días
y la risa del viento
cuando la tarde se torna rosa.

Qué importa si con sus notas
pude sentir la vibración de una caricia,
el canto de las olas
y el llanto de un caracol
perdido en una playa…

Qué importa si escuché los silencios
y el timbre de cada instrumento,
si dentro de mí, quedaron los aplausos
que como alas de gaviota agitaron mi alma
y la elevaron en vuelo.

El concierto terminó….
la sinfonía sigue…
Repica en mí como oración,
con magia y programa.


SOÑANDO CON PAPÁ

Sueño apacible, me permitió volverte a ver
Con tus bermudas blancos
Y las sandalias con que recorriste
Senderos florecidos y agrietados
Que a tu paso recobraron frescura
Porque ibas impregnado
De pino, cedro rojo y guayacán rosado.

Te vi feliz….
Con la ternura que te acompañó siempre.
Desgranabas mazorcas de oro
Y arrumabas el grano como el mayor tesoro

Tu mirada limpia…se tornó azul
Con el paso del tiempo
Irradiaba la fiel promesa
De un feliz reencuentro.

Tus manos grandes
Que no ahorraron caricias
Y la alegría de dar
Marcaron tu nota musical.
Que hoy, repite el viento,
en bella melodía, como el legado
De un padre ideal.


EL PINTOR

Desde mi ventana observo
cómo pinta el cielo
y esboza figuras aladas.
En amoroso abrazo
se unen a la caravana
nubes ocre y rosa.

Ellas quieren llegar
Al muelle cercano,
zarpar y navegar
la bóveda celeste,
convertida en mar,
en manos de artista.

Para cerrar su obra
Da su toque final y dibuja un lucero
como faro señala el rumbo
a los tripulantes en el viaje fantástico.


EL CASAMIENTO

Frente a la ceiba chamana propones
que nos casemos un día.
Las rosas, jazmines y hortensias
esparcirán su aroma por los cantones.
Semillas de vainilla cuidas con recelo.
Darán toque mágico a nuestra nueva vida.
Jardinero encantado lucirá su sombrero.
Lo adornará con flores de guayacán rosado
Mariposa en sus alas- pondrá mejores galas.
Llevará corona, tejida por las hadas.
Los grillos, las cigarras y el viejo RinRin
entonarán la marcha de una historia sin fin.
Libélulas de plata, seguirán el cortejo
de los gnomos del bosque
saben que eres feliz
con la mariposa
inspirada en tu canto
que te regaló un poema
para tu casamiento.


La noche de este 2 de agosto es especial. La poetisa Doralice López gestionó y obtuvo para la Fundación Plenilunio una generosa donación de la Familia Otoya Domínguez, Sistemas de Información Empresarial, S.A., SIESA. Empieza así una nueva época para la Fundación gracias a ella.

DORALICE LÓPEZ


INCONSCIENCIA

Cuando estoy medio dormida a veces sueño
con mudanzas muy lejanas,
la penumbra de mi mente es embargada
por un escalofrío que recorre todo mi cuerpo,
escucho una risa fantasmal, burlándose de mi.
Un dolor ajeno acongoja mi espíritu,
un silencio eterno arruga mis entrañas,
una desilusión angustia mi alma
y un temor se adueña de mi cuerpo.
Aún dormida descubro sueños inaccesibles
como una muerte sobre toda muerte,
extraños presentimientos que tienen
cabida en cualquier mente.
Un silencio que se escucha y una ilusión
que se esconde, donde no hay sueño posible.


LAS NOCHES DE VENUS

Mariposa de uno y mil colores
que vagas en la noche, taciturna
en busca de aventuras, esperando
quien compre tus amores,
ocultando siempre tras la pintura
el débil rostro de tu amargura.
Pasas las horas, pasas los días
entretejiendo tu flor marchita,
fatal destino el que te labraste
y a eso ahora le llamas vida.
Pero tu sino se confabula
y por descuido un hijo viene,
hijo de padre desconocido
canción de cuna no habrá ninguna,
solo maldices que haya nacido.
Venus volaba cual mariposa
cuando sus alas no estaban rotas,
y aquel hijo no deseado
un día cualquiera alzó su vuelo,
entonces ella plegó sus alas
y sola y triste vivió su duelo.


HOY Y MAÑANA

Hoy estoy a tu lado nuevamente,
Inmersa en las caricias de tus manos.
La gratuidad de tu pasión me invade
Haciéndome sentir un poco...un tanto más humana
Impulsada por el enigmático embeleso,
Que encuentro en los pliegues de tu carne
Y el fuego anhelado de tus besos.

Mañana tal vez me iré...más la distancia
Será sumada por mí a tu recuerdo,
Para sentirme en medio de mis ansias
Otro tanto...quizás mucho más humana,
Pues al evocar este momento,
Seguramente...y sin importar la lejanía
Percibiré en las fibras de mi cuerpo
El exquisito placer de conservarte mío.


PARA QUE TE SIENTAS VIVO

Para que te sientas vivo,
abre mi fuente de embriagantes sabores.
date un sorbo, con ansioso frenesí
toma mi fuego... Y entonces...
lléname de gotas de ti.
Navega en mis ardientes aguas
y fabrica olas con tu erótico vaivén.
Vuélvete turbulento, agítame,
aviva las fibras de tu cuerpo,
con lúdico placer y llévame
al éxtasis sublime, una y otra vez.
Abre tu fuente para mí,
refréscame con tus gotas de pasión
y dame a beber de ellas para que
también mi vida, se alimente de ti.


RECUÉRDAME

Recuérdame en los días fríos del invierno
cuando al mirar por la ventana, solo veas
Sombras proyectadas en el aire.
Recuérdame al llegar la tarde,
cuando el sol arrime a tu ventana
y recorra uno a uno los rincones de tu cuerpo.
Recuérdame cuando te sientas solo,
cuando al abrir tus libros
se te escapen las letras de los ojos
y en un efímero recuerdo de mi amor,
coma un relámpago, mi imagen
atraviese tu memoria.
Recuérdame en el día, en la soledad
de la noche fría, en el silencio de las horas.
Recuérdame al abrir los ojos,
al contemplar la luz del nuevo día,
recuérdame entre las cosas más queridas.
Búscame que mi amor siempre será tuyo
Y vivirás una eterna fantasía.


La poetisa Elisa Posada de Pupo, Directiva de la Fundación Plenilunio, lee unos poemas de nueva factura que fueron aplaudidos por su novedad y gracia
ELISA POSADA DE PUPO


YUGO

Quiero liberarme
pero no puedo
A veces me provoca
alzar el vuelo
Remontarme al infinito
y contemplar
el yugo que me quiere asesinar
Le pedí a la vida
que me prodigara
con toda mi familia
una vida larga
Pero con todo lo que me pasa
he comprendido
que me he convertido
en mula de carga
Lo que me esta pasando
lo voy contando
con estas líneas
que estoy trazando
Porque como a mí
a muchas les pasa
Tienen su propia tumba
dentro de casa.


POBRE CUNA

Tenía en la Cuna
su juguete viejo
rota la cobija
y medio escarpín
Una lánguida lámpara
de yesquera humada
el cántico de mamá
con que la arrullaba
Estaba dormida
La pequeña rosa
oyendo a lo lejos
la triste canción
duérmete mi niña
que vienen las horas
y ya sale el sol
Con un tierno arrullo
la inocente niña
no sabe que en casa
Le falta el sustento
comida, la leche, y el pan
Esto le sucede
a muchas familias
que no tienen padre
que solo la madre
es cabeza de hogar.


SALUD

Prótesis,
fiesta de articulaciones
fracturas,
con diagnostico errado
intervención,
fallecimiento
a consecuencia
de visita.
E.P.S,
E: Especulación
P: Paseo Millonario
S: Salida al cementerio.


SIN TÍTULO

Tus raíces
emanan lo mejor de ti.
Entrar a tu cámara interior
es mi reino verdadero.
Una escalera oculta
va a tu alma
En el pozo infinito de tu cielo
deposito mis deseos
El cuerpo es tu jardín,
mi paraíso de siete ríos
donde se manifiesta el creador.


NAVE

En este viaje
cruzo el Universo.
Mi príncipe espera
me aguarda en su Castillo
Noches funden el camino
con rumbo definido.
Vagar y vagar, estoy cansada.
Tu mano abre mi puerta
sofoca mi aliento tu vacío.
Consigo apenas sostenerme,
mi ansiedad penetra
los hilos de tu angustia,
Ajeno territorio,
rueda el carro de tus besos,
tropieza y avanza por la nada.
Quieta estoy y siento
un ladrillo entre mis venas.
La ruta hizo mi destino.
Me he extraviado sin remedio.



Gloria Ogonaga Peláez, del elenco de Plenilunio, lee una saga de poemas que registran la violencia en el país, mes a mes luna tras luna.

GLORIA OGONAGA PELÁEZ


PLENILUNIO EN ENERO

¿Donde has ido?
ágiles manos como aves secuestradas
ya no escribes?

Nada fluye
ni ritmo ni canto

Los cristales rompieron
las plegarias en verano

Los lobos devoraron las palabras,
los fusiles las cadenas enarboladas.


PLENILUNIO EN FEBRERO

El de hoy es blanco
nublado por el salobre de las lágrimas
mohosas quiebran los lejanos recuerdos.

Almas vivas como muertos,
olor a selva
pegada a la piel
como la sabia del caucho
o la maldita amapola pegajosa.


PLENILUNIO EN MARZO

Inmenso árbol mares en selva
mercenarios sin ojos en el alma.

Mercenarios de carne secuestrada,
tizones en borrosos plenilunios
Sin anhelos de rezar, sin anhelos de llorar
en secreto inventan mariposas con alas de libertad.


PLENILUNIO EN ABRIL

Arde la fogata en la mitad de la manigua
retazos de felicidades idas
orgasmos olvidados por culpa del destierro.
En la selva los árboles son un…
amén… amén… de amenes…
enfiladas a las uñas de los pies


PLENILUNIO EN MAYO

El universo se mueve
a la voluntad de tus dioses:
de Alá de Jehová
o del más temido Lucifer.
Sus ejércitos de zombis
reaprenden del viejo káiser
las mas desvencijadas leyes del caos humano.

PLENILUNIO EN JUNIO

Dolor del alma
del pulgar hasta el meñique
¿ que insinuamos a nuestras manos?
Bendecir y perdonar
Y el dolor?… y la angustia? …
el paso de la esclavitud a la santidad
Los Ángeles esperan entre la oscuridad
camuflados de valor.

PLENILUNIO EN JULIO

Las sombras pasan
los círculos de la manigua
enloquecen
cieno profundo.
Los tiestos cambian de piel
se repartían los despojos

El arco iris cubre los gorriones
lejos…lejos…lejos…
de la negra selva
la blanca paloma
tirita de miedo
al otro lado del rió
en busca de su nido de paz.


Cerró las lecturas de poemas en la noche del Homenaje al capitán barquero, Aloz Rojas, el juglar de Palmira,Héctor Eduardo Luna Hurtado, con voz pausada y agorera.

HÉCTOR EDUARDO LUNA HURTADO

MESTIZAJE

El sonar de un tambor en la sangre
llena de playas una ciudad sin mar.
Su vibración deja en los sueños:
reminiscencias, arabescos,
ojos hebreos, Antillas negras, lunas andinas.

Y el deseo convoca en el beso
memorias de siglos,
caminos de azafrán y de canela,
olivos y trigos ibéricos,
rutas donde llegan almas amantes, anhelos,
cuerpos separados por odios de hierro.

Ahora éste tambor convoca
en la danza, en la fogata,
las pieles separadas, las almas,
los brazos abiertos de Guinea,
la pasión castellana,
la vibración enamorada de una quena.

El sudor y el baile son la plegaría;
la sinagoga, la mezquita, la capilla
en un incienso;
la risa y el beso un porvenir;
caricias sobre marcas de odio,
despertares sobre el adiós.

Llamad las cabelleras rubias
de los distintos nortes,
los ojos rasgados, con sensualidad de seda,
y sus almas de te, y se unan a la danza
al abrazo, a la fogata, donde el tabú es olvido,
y el amanecer, un amor libre sobre la piel.


A VECES EL AMOR

El amor como la muerte, no avisa.

¿Verdad Francesco Petrarca?
A veces el amor se llama Venus o Erato
o simplemente Laura de Noves,
y no habita un Olimpo de Ambrosía,
sino las calles húmedas y estrechas
de cisma y piedra de la pequeña Avignon.

¿Verdad Lewis Carroll? O Señor Dodgson?
A veces el amor se llama Helena o Penélope,
o simplemente Alicia Liddell,
y no se mira desde las torres de Troya o Itaca,
y solo le basta para nacer, un paseo en barca,
por las aguas de un día de sol.

El amor es siempre impredecible,
desconcertante, sorprendente,
más no por imposible y prohibido
dejar de ser puro, ni deja de ser amor.


LLUVIA DE VERANO


Soneto musical: La lluvia de verano
me recita despacio, alegremente,
mis lejanos pensamientos de niño.


AMOR DE REGRESO

Si la idea del eterno retorno resulta cierta
estoy condenado a volver a verte.
¿Qué se supone que nos diremos
al reencontrarnos después de tanto tiempo?
¿Diré alguna frase desafortunada y absurda?
¿tendremos conciencia del regreso?
¿Llegare de nuevo a ti nervioso de verte?
¿Volverás otra vez protegida
de ese silencio que me intriga?
¿Será que estoy condenada a amarte siempre?

Con el perdón de Nietzsche, pero…
Si nos toca reencontrarnos cada tiempo,
En esta perpetua puerta giratoria,
Tratemos de pasarla mejor.

Será que lo permiten los errores,
las causalidades, lo aprendido,
el juego sin reglas y la sensación de dejávu
que sentí al verte por primera vez.


EMIGRANTES

Se alejaron un día.
Dejaron atrás las calles de su niñez.

Su equipaje
iba lleno de recuerdos de la tierra natal.
A pesar de los adioses,
en sus sueños se llevaron paisajes y promesas.
Nuevas patrias chicas de aeropuertos
trazaron el mapa de su destino.

Madrid, Miami, Paris,
Ciudad de México, Nueva York,
Caracas, Los Ángeles, Barcelona,
ante sus ojos
con todo el encanto de un nuevo sol

ahora todos, desde el recuerdo
-vuelvan o no-, reconstruyen su pasado
a pedazos de nostalgia.

Ahora estas calles, sin ellos,
traen resonancias de sus voces,
y risas de otros días.

Ahora alguien escribe una carta,
y cuentas unos dólares
junto a la soledad de una lámpara,
en un cuarto pobre.

Ahora alguien mira viejas fotografías,
y escucha canciones
que estuvieron de moda alguna vez.
y aquel corazón nostálgico
Se consuela, con un abrazo imaginario
Y un mensaje de navidad registrado en el e-mail



GUSTAVO HERNÁNDEZ CAICEDO, tenor y JUAN CAMILO ROJAS, al piano brindaron un Concierto de Gala con canciones clásicas, con vibrante voz y estilo distinguido

El público aplaudió e hizo devolver al tenor Gustavo Hernández Caicedo quien accedió con gentileza las diferentes peticiones como Se equivocó la paloma, O sole mio y Granada.
La euforia de los asistentes se desbordó en el homenaje que la Fundación Plenilunio tributó al poeta del mar, sus muelles y mujeres. En primera fila Blanca Adriana Quevedo, el Arriero de Marquetalia con atuendo paisa, Francisco Uricoechea, doña Betty Zamudio y Ernesto Solano y la AlmaNegra María Teresa Ramírez Nieva.
Foto cortesía de Mic, de NTC
El auditorio del Centro Cultural se colmó y disfrutó de la presentacion de Gala en el Homenaje al Poeta caleño Álvaro Lozano Rojas


Los poetas Gabriel Ruiz Arbeláez, director del Boletín Cultural NTC, Guillermo Tovar y Eduardo Toro Gutiérrez durante el evento.

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