FUNDACIÓN PLENILUNIO, EL CENTRO CULTURAL COMFENALCO, VALLE y
SISTEMA DE INFORMACIÓN EMPRESARIAL, S.A, SIESA
Encuentro No. 58 con la Poesía, la Música y la Pintura y al
Lanzamiento de la Revista No. 27 en Homenaje a la Almanegra guapireña
MARY GRUESO ROMERO
Leyeron poemas :
LUIS ALFONSO RÍOS TORO
MARISOL POSSO ARISTIZÁBAL
HÉCTOR EDUARDO LUNA HURTADO
MIGUEL FABRICIO SÁNCHEZ
BLANCA HELENA MUÑOZ DE ESCOBAR
CARLOS GERARDO ORJUELA
ALBERTO SÁNCHEZ GALEANO
Concertino de Marimba:
Maestro ESTEBAN COPETE
Muestra Pictórica:
Maestra OLGA DE LA CUESTA SOLÓRZANO
Lugar : Sala de Presentaciones Artísticas
Centro Cultural Comfenalco, Valle
Torre C, Calle 5ª No. 6-83, mezanine
Fecha : Sábado 7 de febrero de 2009
Hora: 6:30 p.m.
Copa de vino.
Mary Grueso Romero, Almanegra consagrada en las canteras del Museo Rayo en Roldanillo con su nieto Walter
En la Mesa principal la plana mayor de la Fundación Plenilunio Gloria María Medina, Milton Fabián Solano y Leopoldo de Quevedo con la homenajeada, poetisa guapireña Mary Grueso Romero
El Director de la Fundación Plenilunio, Milton Fabián Solano, saluda al numeroso público que colmó la Sala de presentaciones Artísticas del Centro Cultural Comfenalco para el Encuentro No. 58 en Homenaje a
Mary Grueso Romero
La presentadora y voz oficial de nuestros eventos luce esplendorosa en esta noche de gala
La Mesa principal cambió para la primera lectura de poemas. Luis Alfonso Ríos Toro, Marisol Posso Aristizábal, quienes leen por primera vez en Plenilunio y los poetas Héctor Eduardo Luna Hurtado y Milton Fabián Solano
Luis Alfonso Ríos Toro se presentó en sociedad como poeta y sintió en el ambiente los aplausos que lo animan a continuar ascendiendo en el trabajo difícil de la poesía.
POEMAS DE LUIS ALFONSO RÍOS TORO
MEJOR QUE NO SEPAS QUE TE QUIERO
Quiero fingir que a ti no te quiero
indiferente paso por tu lado y no te miro
tanto he resistido que siento que me muero
cuantas veces sin quererlo por ti suspiro.
Este tormento que vive en mi alma candorosa
sé que nunca podrá ser correspondido
al escuchar tu voz la siento primorosa
para quedar mi corazón más adolorido.
No sé por qué decirte muchas cosas quiero
sé que a ti ni siquiera te interesa
aún procuro ser para ti un buen compañero
entiendo que todo amor por algo empieza.
Déjame por favor acariciar estas ilusiones
no me hagas sufrir dolor y tormento
siento al seguir variadas emociones
sin poder alejarte de mi pensamiento.
Prefiero seguir amándote sin que lo sepas
porque así no seré cruelmente decepcionado
aunque no busque nunca otras metas
quiero seguir de ti en silencio enamorado.
EL MARRANITO DE BARRO
Soy orejón de trompa larga, que su orden acata
vine a petición de la asociación armonía
para que todos llenen mi barriga de plata
y lo hagan con perseverancia y alegría.
A mí para que lo sepan me llaman marrano
creo sin equivocarme que así me decían
aquí con ustedes seré un hermano
se que, todos de buena gana en mi confían.
No cobro nada por este servicio hermoso
cuando esté bien llenito me romperán
los adultos y hasta el último mocoso
el dinero que les guardé se repartirán.
Mis despojos los echarán a la basura
ingratos son todos los humanos
nadie se conmoverá de mi amargura
es mejor seguir siendo marranos.
SOÑANDO A
Estuve feliz soñando un día
con las formas de la mujer amada
me desperté con entusiasmo y alegría
abrí los ojos y la bella allí no estaba.
Cerré los ojos pensando de nuevo en ella
y al instante apareció ante mí su sombra
mi mente estaba siempre con ella
mi corazón en su palpitar la nombra.
El instinto de mi mano tocarla quiso
ingrata o no, en mi alma siempre vive
se quedó de mis sueños en el paraíso
por doquier su silueta divina se percibe.
No quiero que de mí, ella se aleje
aunque sea mentira que está conmigo
deseo que su sombra siempre se refleje
de día y de noche en mi camino.
No sé si esto es verdadero amor
pero en este día lo quiero confesar
su recuerdo no me causa a mi dolor
si no ansias de soñar y soñar…….
La juventud de Marisol Posso Aristizábal se hizo presente por primera vez ante el respetuoso público que cada mes se congrega para escuchar poesía, música y abrir sus ojos al arte de la línea y del color
POEMAS DE MARISOL POSSO ARISTIZÁBAL
PALABRAS QUE CALLAN
Aun guardo el espacio para hablarte
aunque no sea en la cama
en el auto
o en las mañanas
Aun guardo las palabras
en las que encierro
muchos pensamientos y oraciones
aunque no te lleguen
se vuelven un atajo para evadir lo profundo
En algunos casos son silencio
En algunos casos son molestos
porque quiero compartirlos
y no encuentro tu sentimiento
Has visto como callan
Has visto como estallan
Has procurado cambiarlas
y han enardecido por tu falta.
No pierdas tu oído,
evitando las palabras
evitando los momentos de caricias
cuando se atienden a las palabras que callan.
LAS SOMBRAS
Las sombras que existían se han ido
han volado para esfumarse
en los últimos suspiros
que alentaban su extensión.
Fueron esas las que me acompañaron
antes que llegaras
las que dieron vuelta
en algún momento
con tus palabras.
Ya no queda más de ellas
Se aburrieron de tus caricias
y tus instantes
de tus momentos
y de tus verdades.
Ahora se han llenado
de tus 720 recuerdos
de tus detalles
de tus pensamientos
y del tiempo
que he recogido en nuestros
encuentros.
LAS VOCES
Son los días que pasan
las palabras y los pensamientos
Son los instantes que dejan
ese posible saber
sin ningún argumento
Son solo palabras
que huyen del inconciente
Salen a flote sin tener ningún razonamiento
Son aquellos instantes donde te dije
- Lo siento—
Sólo queda resarcir
con el tiempo
una fisura que la sensatez
ayudará a vencer
sin más preámbulo
y sin más apego
Allí la conciencia
se vuelve argumento
se vuelve llanto
se vuelve infierno
sin querer queriendo
hirió el momento.
MIS SEÑALES
Quiero darte señales
para que cuando vuelvas
puedas encontrar el camino
Déjame darte anuncios
de mi gran amor y anhelo
de aquello que te enamoro
y del inicio de este cuento
Estaré a la espera
hasta que ese gran dragón
salga de su cueva
y se alivie ese vacío inmenso que lo enreda
Te abriré mis brazos para puedas ver
que fueron mis señales Y oraciones
que siempre te buscaron
para encontrarnos otra vez.
NO PUEDO DEJAR DE DECIRTE
ESCRIBIRTE Y HABLARTE.
Eres ese lado de mi cama calido
y el lado de mi corazón fuerte.
Como la llama que brilla para guiar
y el latido que llena mi suspirar.
No podré dejar de caminar a tu lado
ni escuchar mi alma sin tu mano
ni trotar en la madrugada sin tu voz.
Eres la ganancia al tiempo
y la pérdida de mi soledad ambulante
Es por eso que no puedo dejar de decirte,
escribirte y hablarte.
POEMAS DE HÉCTOR EDUARDO LUNA HURTADO
INVENTARIO SOÑADO DE CALI
La memoria de la luz
sabe que fue fundado sobre la brisa
luego se hizo alma y piedra
Un río de tiempo lo ha visto crecer
de cara a sus cerros
Aquí quedó prisionero el sol
y en su cautiverio fue feliz
Los siglos pueden reconocer esta ciudad
por su olor a camias
Esta brisa de las cinco es la misma
que acaricia la cabellera
de la hermosa Inés de Lara
y logro robar una sonrisa
a la tristeza ideal de su alma
En estos aljibes y pilas dormidas
el agua suspira
por las manos humildes y limpias
que la unían al cielo
Aquí el pecado más dulce se hizo leyenda
aquí la claridad establece su paraíso
y el alma de sus noches azules fue tentada
por el ritmo sensual de las lejanas antillas
Aquí hay blancas con caminar de negras
aquí el goce le hace trampas a la muerte
Esta luz se ha terminado por pegarse a nuestra piel
a fuerza de mirarlo y de sentirlo
somos este cielo de verano
estos guayacanes, estos chiminangos, estos samanes
Ahora la claridad se hace sonrisa
Aquí se termina este poema
para que la tarde lo convierta en Ceiba
antes que se lo lleve la brisa.
EL AMOR SIEMPRE ENCUENTRA UN CAMINO
No importa lo que pase
el amor siempre encuentra un camino
Es como el agua, insistente,
recursivo en su marcha
El dolor no es barrera
El amor tiene el suficiente desparpajo
para esquivar peligros
Aun en soledad
aparece a nuestros ojos anhelantes
como un álamo plantada por la luna
A veces se esconde en un solazo o un suspiro
y basta un lápiz y un poco de papel
para remontar ausencias y distancias
Igual que la claridad del día que se filtra,
o el recuerdo en busca de su dicha
en puntos de pies, también sube escalas
POEMA PARA UN ADIOS
Me diste
una senda de luz pensativa en tus ojos
el doble nido de tus manos
el vino juvenil de tu besar
Me diste a compartir la leña de tus sueños
la calidez de tu cuerpo que fue mi casa
la gracia fresca de tu reír
Me regalaste en sabiduría tu silencio
la amorosa trampa de tu mirada
Fuiste ofrenda y compañía,
espejo de valor ante mis miedos,
Fuiste ángel de la guarda cómplice,
fuiste amistad
Yo no tuve para entregar sino mi vida
estas manos elementales que son puras
y han sido compañerismo y caricia.
Sólo cambio mi silencio para decirte gracias
Sin quitarme nada lo tuviste todo
y me enseñaste a amar
Felizmente fui tu dueño sin quitarte tu libertad.
UN NARANJO DIJO MI NOMBRE
Una tarde un naranjo dijo mi nombre
¿o fue el viento al llegar?
Este naranjo
que con sus ramas abrazaba el aire
fue mi regazo de sombra en las tardes de calor
En comer naranjas dulces,
y dar maíz a las torcazas,
pasé muchas tardes de niñez
A esa edad
la brisa de atardecer era casi un beso
Una tarde en el patio de mi abuela,
un naranjo dijo mi nombre
lo escuché bien claro
tal vez me equivoqué
También pudo haberlo dicho el viento
De izquierda a derecha Blanca Helena Muñoz de Escobar, Carlos Gerardo Orejuela, Miguel Fabricio Sánchez y Alberto Sánchez Galeano acompañan en la Mesa de fondo a la homenajeada de la noche,
poetisa Mary Grueso Romero
La Fundación Plenilunio invitó a Blanca Helena Muñoz de Escobar a que nos participara los poemas que le publicó en Austria la Revista Xicoatl, Estrella Errante. También fueron incluídos en la
Revista Plenilunio No. 27
POEMAS DE BLANCA HELENA MUÑOZ DE ESCOBAR
DUENDE
Si el duende no dejara
su estela de luz
en la penumbra,
nadie entendería
mi viaje a la nostalgia.
Mas sé que caerá la noche
sin recuerdo presente
y silvará la mañana de nuevo
una canción de olvido.
TERCERO
Esta noche no cambia su rumbo.
Engarzada en la duda,
ante la mirada de la lechuza
en el árbol desnudo,
tal vez en la mañana
pueda enredar a mi piel
tu ropaje sin palabras.
QUINCE
En el tiempo de la espera
la gata lame su cola
descolgada en la niebla;
los anillos cascabel
dan brillo a la luciérnaga
y al cocuyo;
en el carnaval de hojas y de lunas
la noche acecha al jaguar
en tanto, mi corazón abre una puerta
al misterio y a la fábula.
VEINTE
Levanta la palabra inconclusa.
Escucha el lamento,
simula la voz del alfabeto
y grita de regreso
en los confines del verso.
Su ruta es la penumbra
de escribir en el silencio
y la muerte es el azote
en las páginas sin epígrafe,
en el vuelo de una perdiz
oculta en la arboleda.
Si el duende no dejara
su estela de luz
en la penumbra,
nadie entendería
mi viaje a la nostalgia.
Mas sé que caerá la noche
sin recuerdo presente
y silvará la mañana de nuevo
una canción de olvido.
TERCERO
Esta noche no cambia su rumbo.
Engarzada en la duda,
ante la mirada de la lechuza
en el árbol desnudo,
tal vez en la mañana
pueda enredar a mi piel
tu ropaje sin palabras.
QUINCE
En el tiempo de la espera
la gata lame su cola
descolgada en la niebla;
los anillos cascabel
dan brillo a la luciérnaga
y al cocuyo;
en el carnaval de hojas y de lunas
la noche acecha al jaguar
en tanto, mi corazón abre una puerta
al misterio y a la fábula.
VEINTE
Levanta la palabra inconclusa.
Escucha el lamento,
simula la voz del alfabeto
y grita de regreso
en los confines del verso.
Su ruta es la penumbra
de escribir en el silencio
y la muerte es el azote
en las páginas sin epígrafe,
en el vuelo de una perdiz
oculta en la arboleda.
POEMAS DE CARLOS GERADO BEDOYA
BALA MADRE
Bala, madre de la guerra
bala, madre del dolor
madre de la ira, de la angustia,
de la sangre, del terror;
madre del desplazamiento
madre del resentimiento
madre bala, bastarda madre.
Traficantes, policías, guerrilleros,
paracos, militares:
Va la madre para todos ustedes.
CUANDO COMIENZA EL FIN
Cuando comienza el fin recuerdos
tristezas rencor remordimientos
proyectos que se perdieron
en el frágil camino de los sueños.
Cuando comienza el fin distancia
piel que se aleja
dedos que ya no se entrelazan
palabras que se ahogan
que se suicidan en el alma.
Cuando comienza el fin caricias
antes oasis de esperanzas
refugio consuelo risas ansias
hoy desdén enfados repugnancias.
Cuando comienza el fin el tiempo
caminado ayer mirando juntos
la infinita lontananza
hoy se pierde se crece se eterniza
Cuando hacia el fin se avanza.
Solo quedan ahora los ayeres
cada vez más lejanos
y el eco de unas risas
que se convierten en llantos
y la cima que juntos contemplamos
y donde soñamos tanto
donde lloramos tanto
donde amamos tanto
se aleja de nosotros lentamente
y nosotros la dejamos ir
mientras la luna llora tristemente
cuando comienza el fin.
ECOAMOR
Llegaste a mi erosionada existencia
para reforestar las riveras
de mi diezmada alegría.
Poblaste de sueños mis montes
y mis llanuras.
Irrigaste con tu dulzura
mis nacientes anhelos de amar.
Ahora comprendo que lo hiciste
porque al encontrarnos comprendimos
que pertenecemos a la misma especie
en vía de extinción.
EPITAFIO
Aquí yace la honradez
Virtud que en su vida fue
Patrimonio de unos pocos
Esos que llamaron locos
Y que a lo mejor lo fueron
Pues por ella perecieron.
Hoy solo queda el recuerdo
Y aún se piensa si eran cuerdos
Y tal vez los prejuzgaron.
La verdad es que pasaron
Honradez y honrados juntos
Al reino de los difuntos.
EL VIAJE DE REGRESO
No son viejas las noches
Bala, madre de la guerra
bala, madre del dolor
madre de la ira, de la angustia,
de la sangre, del terror;
madre del desplazamiento
madre del resentimiento
madre bala, bastarda madre.
Traficantes, policías, guerrilleros,
paracos, militares:
Va la madre para todos ustedes.
CUANDO COMIENZA EL FIN
Cuando comienza el fin recuerdos
tristezas rencor remordimientos
proyectos que se perdieron
en el frágil camino de los sueños.
Cuando comienza el fin distancia
piel que se aleja
dedos que ya no se entrelazan
palabras que se ahogan
que se suicidan en el alma.
Cuando comienza el fin caricias
antes oasis de esperanzas
refugio consuelo risas ansias
hoy desdén enfados repugnancias.
Cuando comienza el fin el tiempo
caminado ayer mirando juntos
la infinita lontananza
hoy se pierde se crece se eterniza
Cuando hacia el fin se avanza.
Solo quedan ahora los ayeres
cada vez más lejanos
y el eco de unas risas
que se convierten en llantos
y la cima que juntos contemplamos
y donde soñamos tanto
donde lloramos tanto
donde amamos tanto
se aleja de nosotros lentamente
y nosotros la dejamos ir
mientras la luna llora tristemente
cuando comienza el fin.
ECOAMOR
Llegaste a mi erosionada existencia
para reforestar las riveras
de mi diezmada alegría.
Poblaste de sueños mis montes
y mis llanuras.
Irrigaste con tu dulzura
mis nacientes anhelos de amar.
Ahora comprendo que lo hiciste
porque al encontrarnos comprendimos
que pertenecemos a la misma especie
en vía de extinción.
EPITAFIO
Aquí yace la honradez
Virtud que en su vida fue
Patrimonio de unos pocos
Esos que llamaron locos
Y que a lo mejor lo fueron
Pues por ella perecieron.
Hoy solo queda el recuerdo
Y aún se piensa si eran cuerdos
Y tal vez los prejuzgaron.
La verdad es que pasaron
Honradez y honrados juntos
Al reino de los difuntos.
EL VIAJE DE REGRESO
No son viejas las noches
del estío profundo
donde recorrieron nuestros cuerpos
la exuberancia matutina
del sudor compartido,
de la cómplice caricia,del guiño enamorado.
No eran sordos los silencios
en el sobrecogimiento sutil
del tiempo desesperado
de la incongruencia del susurro,
de las miradas cansadas;
tiempo de renunciaciones
de enloquecedor hastío.
No dolerán mañana las palabras
ni habrá sobrecogimientos
ni sudoraciones ni vértigos
y nuevos soles florecerán
en la inconmensurable formidable
incongruencia del sentimiento.
No nos diremos nada
ante lo consubstancial de
nuestros retornos.
El sol apagará sus fuegos,
el mar inundará las conflagraciones
en el irreconciliable momento.
No dolerá la piel y el alma será
solo un nudo de alucinaciones.
No existió. Nadie lo recordará.
ante lo consubstancial de
nuestros retornos.
El sol apagará sus fuegos,
el mar inundará las conflagraciones
en el irreconciliable momento.
No dolerá la piel y el alma será
solo un nudo de alucinaciones.
No existió. Nadie lo recordará.
Miguel Fabricio Sánchez, filósofo inquieto, volvió de su viaje a Buenos Aires, Argentina y nos trajo su voz y la poesía fuerte que trabaja
POEMAS DE MIGUEL FABRICIO SÁNCHEZ
DOS VALIJAS EXTRAVIADAS DE REGRESO
I
No tuve sombra ni en la hora en que todo caía.
No falte al único mandamiento marcado por el Miedo.
Cubrí de besos la noche estrellada de deseos amargos.
Fútiles pensamientos castrados en el acto.
Comencé un diario desapareciendo palabras
como espumas labradas de pasado,
Llené de nombre a mi conciencia a causa
de la memoria que me abandona,
Ahora resta el pequeño impase,
mínima fatalidad para romper lo construido
y partir a lo desconocido.
Como un hombre desnudo flotando en el agua
pequeño como el miedo, frágil como el pensamiento,
parecido al sueno que brota de una sensación perdida…
en el deceso de los tiempos.
II
Dolor de muela y mucha coca….. el vacio de las horas,
mujeres dispersas por un impase,
desnudez tediosa, lucrativa, silenciosa,
hora de segundos sin palabras que tengan el valor…
para despedazar al silencio,
Una frase mejor que un minutero desconocido, infame,
besa la piel y se la come, la lepra curada hace tanto tiempo,
Pero nada haría olvidar la casa vacía,
los muebles intactos, el piso fresco casi helado
congelado en la memoria, de un pensamiento
y una vida que no se repiten,
Una risa y tantos llantos.
Piel vieja que no muda. Cama corroída por el polvo.
Se escucha el sonido de las hojas y la tarde…,
que vendrá acusando con su oscura procesión de frío y sueño,
en un lapso corto muy eterno
que comprueba la verdad de estas dudas..
Demasiado cielo abierto para pasos tan pequeños.
ADVERSUM
Flor de juventud enferma,
crucificada
bajo un germen de palabras,
de indecisiones muy precisas,
rasguñan el tiempo que espera un hombre para partir.
de lo que pasa no me acuerdo,
de lo que es,
será bajo mi edad antigua
que crece desde una pubertad rota en su feto.
Edad de mi cuerpo,
eso no es lo que me dicen las palabras,
que implosionan destructoras
víctimas de mi y de una certeza
que palpita en su durmiente privilegio.
I
No tuve sombra ni en la hora en que todo caía.
No falte al único mandamiento marcado por el Miedo.
Cubrí de besos la noche estrellada de deseos amargos.
Fútiles pensamientos castrados en el acto.
Comencé un diario desapareciendo palabras
como espumas labradas de pasado,
Llené de nombre a mi conciencia a causa
de la memoria que me abandona,
Ahora resta el pequeño impase,
mínima fatalidad para romper lo construido
y partir a lo desconocido.
Como un hombre desnudo flotando en el agua
pequeño como el miedo, frágil como el pensamiento,
parecido al sueno que brota de una sensación perdida…
en el deceso de los tiempos.
II
Dolor de muela y mucha coca….. el vacio de las horas,
mujeres dispersas por un impase,
desnudez tediosa, lucrativa, silenciosa,
hora de segundos sin palabras que tengan el valor…
para despedazar al silencio,
Una frase mejor que un minutero desconocido, infame,
besa la piel y se la come, la lepra curada hace tanto tiempo,
Pero nada haría olvidar la casa vacía,
los muebles intactos, el piso fresco casi helado
congelado en la memoria, de un pensamiento
y una vida que no se repiten,
Una risa y tantos llantos.
Piel vieja que no muda. Cama corroída por el polvo.
Se escucha el sonido de las hojas y la tarde…,
que vendrá acusando con su oscura procesión de frío y sueño,
en un lapso corto muy eterno
que comprueba la verdad de estas dudas..
Demasiado cielo abierto para pasos tan pequeños.
ADVERSUM
Flor de juventud enferma,
crucificada
bajo un germen de palabras,
de indecisiones muy precisas,
rasguñan el tiempo que espera un hombre para partir.
de lo que pasa no me acuerdo,
de lo que es,
será bajo mi edad antigua
que crece desde una pubertad rota en su feto.
Edad de mi cuerpo,
eso no es lo que me dicen las palabras,
que implosionan destructoras
víctimas de mi y de una certeza
que palpita en su durmiente privilegio.
Alberto Sánchez Galeano, joven historiador, leyó también por primera vez en estas reuniones en que la Fundación Plenilunio promueve nuevos talentos y anima a quienes tienen sus poemas inéditos y guardados.
POEMAS DE ALBERTO SÁNCHEZ GALEANO
I
Un hijo más.
Un hambre nueva.
Asomarse al borde de la noche pasada,
para confirmar que no es tan compleja
la naturaleza de lo que huye.
De lo que se corporifica mientras estalla.
Enterarse de que designios desconocidos
han escogido a otros,
que sobre los muros
se ha labrado su nombre,
y que la piedra se estremece con sílabas.
Y en nuestro nombre no hay ninguna.
Retornamos entonces a nosotros mismos.
al fragmento de césped que ocupamos,
a la muerte que sólo se experimenta
con el desplome de los otros,
cuando transcurre cerca una sangre sin ruta.
Memorizamos de nuevo el risco de la carne
con que estamos hechos,
casi su paso, casi su nombre.
Casi la nota en que cruje cuando es rozada por la fuerza.
Nos vestimos de otro duelo,
para marcharnos y no retornar
sin antes haber renacido.
II
Miro hacia la página,
y encuentro una multitud errante,
desabrazada del sentido.
La geografía antes disuelta, plana,
la carne antes de margen,
ha ganado forma,
y se ha unido a la torpe danza
de cuerpos que fingen eclipses,
y se entenebrecen en su mentida órbita de pasos.
Hay una agitación dentro.
Una vida necia que cincela,
un pulso.
Un color que se viste de padre,
y la clausura del alimento.
Hay el trazo que retorna a ser tarde,
columpio destrozado
que reposa en espiral,
siluetas que albergan aguas,
falsas aguas de tiempo que se cierra.
Hay la muchedumbre de signos
que se escapa,
que voltea a verme antes de perderse detrás del umbral,
no para recordarme,
sino para saber a quién olvida.
Le gritaré cuando se aleje,
y seré su nombre.
III
Todo lo escrito permanece en orden,
frente a mí fluye el reptil,
multiplica su edad,
y deja que lo toque.
Pero me hago a un lado,
para no envejecer tan pronto,
para no alabar su herida.
Y él va a perderse cerca de otras frases,
lejos de estas que no comienzan
ni concluyen,
lejos de estas sepultadas tan cerca del mundo,
de todo lo que arrasó la plaga.
Confesión de canto:
Lo escrito comienza a deshacerse,
a recuperar su nombre,
a ganar la fuerza para quebrantar el soliloquio.
Pendido de una plegaria ajena lo perdí todo:
Mi lengua: idioma cantado de polvo,
y me pesa.
Cierro los ojos para escuchar cómo crezco dentro.
Y no lo logro.
El reptil se ha gastado de pronto.
Pero no puede huir.
Soy la edad con que envejece para alejarse.
Un hijo más.
Un hambre nueva.
Asomarse al borde de la noche pasada,
para confirmar que no es tan compleja
la naturaleza de lo que huye.
De lo que se corporifica mientras estalla.
Enterarse de que designios desconocidos
han escogido a otros,
que sobre los muros
se ha labrado su nombre,
y que la piedra se estremece con sílabas.
Y en nuestro nombre no hay ninguna.
Retornamos entonces a nosotros mismos.
al fragmento de césped que ocupamos,
a la muerte que sólo se experimenta
con el desplome de los otros,
cuando transcurre cerca una sangre sin ruta.
Memorizamos de nuevo el risco de la carne
con que estamos hechos,
casi su paso, casi su nombre.
Casi la nota en que cruje cuando es rozada por la fuerza.
Nos vestimos de otro duelo,
para marcharnos y no retornar
sin antes haber renacido.
II
Miro hacia la página,
y encuentro una multitud errante,
desabrazada del sentido.
La geografía antes disuelta, plana,
la carne antes de margen,
ha ganado forma,
y se ha unido a la torpe danza
de cuerpos que fingen eclipses,
y se entenebrecen en su mentida órbita de pasos.
Hay una agitación dentro.
Una vida necia que cincela,
un pulso.
Un color que se viste de padre,
y la clausura del alimento.
Hay el trazo que retorna a ser tarde,
columpio destrozado
que reposa en espiral,
siluetas que albergan aguas,
falsas aguas de tiempo que se cierra.
Hay la muchedumbre de signos
que se escapa,
que voltea a verme antes de perderse detrás del umbral,
no para recordarme,
sino para saber a quién olvida.
Le gritaré cuando se aleje,
y seré su nombre.
III
Todo lo escrito permanece en orden,
frente a mí fluye el reptil,
multiplica su edad,
y deja que lo toque.
Pero me hago a un lado,
para no envejecer tan pronto,
para no alabar su herida.
Y él va a perderse cerca de otras frases,
lejos de estas que no comienzan
ni concluyen,
lejos de estas sepultadas tan cerca del mundo,
de todo lo que arrasó la plaga.
Confesión de canto:
Lo escrito comienza a deshacerse,
a recuperar su nombre,
a ganar la fuerza para quebrantar el soliloquio.
Pendido de una plegaria ajena lo perdí todo:
Mi lengua: idioma cantado de polvo,
y me pesa.
Cierro los ojos para escuchar cómo crezco dentro.
Y no lo logro.
El reptil se ha gastado de pronto.
Pero no puede huir.
Soy la edad con que envejece para alejarse.
El ensayista Leopoldo de Quevedo y Monroy leyó la reseña de la vida y obra de la poetisa "Mary Grueso Romero, Almanegra de piangua y mar"
"Yo soy negra como la noche, como el carbón mineral, como las entrañas de la tierra y como el oscuro pedernal", cantó esta negra alegre que bailó como una leona africana y gritó su sangre como los libertos afuera ya del palenque.
"Soy una negra de raza y esbelta como parmera/el que quiere cogé coco, que suba a carera/
mis pipas están tiernitas, pa´si las quiere probá/pero sujétese ruro, cuando me empiece a meneá."
mis pipas están tiernitas, pa´si las quiere probá/pero sujétese ruro, cuando me empiece a meneá."
POEMAS DE MARY GRUESO ROMERO
¡QUE GÜELVA MI MUJÉ!
Hoy cuando tengo pena
me voy a navegá
con mi champa y mi canalete
empiezo a canaletiá.
Y es por esa negra
que la pena me va a acabá
y cojo mi atarraya
y empiezo a atarrayá.
La marea sube y baja
y yo estoy en alta má
pensando que llego al rancho
y mi negra allá no está.
¿A dónde estará mi negrita?
¿Cómo se olvidó
de tantas cosas buenas
que a mi lado pasó?
Toitico se lo daba
lo que poría yo
trabajaba a sol y agua
porque era mi adoración.
Me dejó sin motivo
y se fue con el patrón.
Y aún estoy esperando
a que güelva otra vé
y güelvo y se lo perdono
porque sin ella no sé qué hacé,
mi vida no tiene sentido.
¡Ay, por Dios, que güelva mi mujé!
CUANDO EL NEGRO DICE
Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el color de las algas y el manglar,
la dulce provocación del chontaduro,
el insinuoso vaivén de las canoas,
el dorado amarillo del oro
y el sentimiento de nostalgia de África.
Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el llamado angustioso de los tambores,
las rondas acrobáticas de las ballenas,
el balanceo rítmico de las palmeras
y la paciente espera de los esteros.
Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene la nocturna fragancia de los jazmines,
el sentir pegajoso del salitre del mar en el cuerpo,
el sabor inconfundible del encocao de jaiba
y el atardecer en una playa de amor
entre redes de luceros.
Cuando el negro dice marimba y guasá
la sangre se da prisa en las venas
bailando al compás de los arrullos,
de sentimientos que se escapan de los labios
como monótono repicar de campanas
cuando anuncian la fiesta en el altar
y te deja en la boca la frescura
del himno que te falta por cantar
al amor, a la vida, a la nostalgia
y a los amores que faltan por llegar.
POBREZA NEGRA
El negrito tiene sueño
quién lo arruyará
tiralo en un petate
o en una estera quizá
que el negrito se duerme solo
naide lo arruyará
cuélgale una hamaca
que él solo se dormirá
que la mamá cogió el potro
y se embarcó pa´ la ma´
dicen que a pescá cangrejo
o jaiba será quizá.
Y cuando el negrito dispierte
quién lo alimentará
mi comadre la vecina
que está rando´e mamá.
El negro no tiene compota
ni tetera pa´ chupá
lo que tiene es un pellejo
que es la teta´e la mamá.
Jala, jala, mi negrito
la teta e´tu mamá
el negrito jala y llora
porque naa le bajará.
La mamá no tiene leche
porque en ayunas está
pero le bajará gota a gota
la sangre´e la mamá.
NEGRA SOY
¿Por qué me dicen morena?
si moreno no es color
yo tengo una raza que es negra,
y negra me hizo Dios.
Y otros arreglan el cuento
diciéndome de color
dizque pa´endulzame la cosa
y que no me ofenda yo.
Yo tengo mi raza pura
y de ella orgullosa estoy
de mis ancestros africanos
y del sonar del tambó.
Yo vengo de una raza que tiene
una historia pa´contá
que rompiendo las cadenas
alcanzó la libertá.
A sangre y fuego rompieron
las cadenas de opresión
y ese yugo esclavista
que por siglos nos aplastó.
La sangre en mi cuerpo
se empieza a desbocá,
se me sube a la cabeza
y comienzo a protestá.
Yo soy negra como la noche,
como el carbón mineral,
como las entrañas de la tierra
y como el oscuro pedernal.
Así que no disimulen
llamándome de color
diciéndome morena
porque negra es que soy yo.
ESBERTA PARMERA
Soy una negra de raza y esbelta como parmera
el que quiere cogé coco, que suba a carera
mis pipas están tiernitas, pa´si las quiere probá
pero sujétese ruro, cuando me empiece a meneá.
Me alimento de chuntaruro,
canchimala y calamá
tomo jugo´e naidí pa´poreme acompletá
así que si usted no aguanta, no se suba a mi parmá
cuando se calienta mi cuerpo
y me empiezo a remoliniá.
Los cocos que no son jechos, al suelo van a pará
por eso yo se lo rigo, y pa´sipuere aguatá
que asujete ruro, cuando me empiece a meneá
y si no tiene resistencia,no se suba a mi parmá.
Hoy cuando tengo pena
me voy a navegá
con mi champa y mi canalete
empiezo a canaletiá.
Y es por esa negra
que la pena me va a acabá
y cojo mi atarraya
y empiezo a atarrayá.
La marea sube y baja
y yo estoy en alta má
pensando que llego al rancho
y mi negra allá no está.
¿A dónde estará mi negrita?
¿Cómo se olvidó
de tantas cosas buenas
que a mi lado pasó?
Toitico se lo daba
lo que poría yo
trabajaba a sol y agua
porque era mi adoración.
Me dejó sin motivo
y se fue con el patrón.
Y aún estoy esperando
a que güelva otra vé
y güelvo y se lo perdono
porque sin ella no sé qué hacé,
mi vida no tiene sentido.
¡Ay, por Dios, que güelva mi mujé!
CUANDO EL NEGRO DICE
Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el color de las algas y el manglar,
la dulce provocación del chontaduro,
el insinuoso vaivén de las canoas,
el dorado amarillo del oro
y el sentimiento de nostalgia de África.
Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el llamado angustioso de los tambores,
las rondas acrobáticas de las ballenas,
el balanceo rítmico de las palmeras
y la paciente espera de los esteros.
Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene la nocturna fragancia de los jazmines,
el sentir pegajoso del salitre del mar en el cuerpo,
el sabor inconfundible del encocao de jaiba
y el atardecer en una playa de amor
entre redes de luceros.
Cuando el negro dice marimba y guasá
la sangre se da prisa en las venas
bailando al compás de los arrullos,
de sentimientos que se escapan de los labios
como monótono repicar de campanas
cuando anuncian la fiesta en el altar
y te deja en la boca la frescura
del himno que te falta por cantar
al amor, a la vida, a la nostalgia
y a los amores que faltan por llegar.
POBREZA NEGRA
El negrito tiene sueño
quién lo arruyará
tiralo en un petate
o en una estera quizá
que el negrito se duerme solo
naide lo arruyará
cuélgale una hamaca
que él solo se dormirá
que la mamá cogió el potro
y se embarcó pa´ la ma´
dicen que a pescá cangrejo
o jaiba será quizá.
Y cuando el negrito dispierte
quién lo alimentará
mi comadre la vecina
que está rando´e mamá.
El negro no tiene compota
ni tetera pa´ chupá
lo que tiene es un pellejo
que es la teta´e la mamá.
Jala, jala, mi negrito
la teta e´tu mamá
el negrito jala y llora
porque naa le bajará.
La mamá no tiene leche
porque en ayunas está
pero le bajará gota a gota
la sangre´e la mamá.
NEGRA SOY
¿Por qué me dicen morena?
si moreno no es color
yo tengo una raza que es negra,
y negra me hizo Dios.
Y otros arreglan el cuento
diciéndome de color
dizque pa´endulzame la cosa
y que no me ofenda yo.
Yo tengo mi raza pura
y de ella orgullosa estoy
de mis ancestros africanos
y del sonar del tambó.
Yo vengo de una raza que tiene
una historia pa´contá
que rompiendo las cadenas
alcanzó la libertá.
A sangre y fuego rompieron
las cadenas de opresión
y ese yugo esclavista
que por siglos nos aplastó.
La sangre en mi cuerpo
se empieza a desbocá,
se me sube a la cabeza
y comienzo a protestá.
Yo soy negra como la noche,
como el carbón mineral,
como las entrañas de la tierra
y como el oscuro pedernal.
Así que no disimulen
llamándome de color
diciéndome morena
porque negra es que soy yo.
ESBERTA PARMERA
Soy una negra de raza y esbelta como parmera
el que quiere cogé coco, que suba a carera
mis pipas están tiernitas, pa´si las quiere probá
pero sujétese ruro, cuando me empiece a meneá.
Me alimento de chuntaruro,
canchimala y calamá
tomo jugo´e naidí pa´poreme acompletá
así que si usted no aguanta, no se suba a mi parmá
cuando se calienta mi cuerpo
y me empiezo a remoliniá.
Los cocos que no son jechos, al suelo van a pará
por eso yo se lo rigo, y pa´sipuere aguatá
que asujete ruro, cuando me empiece a meneá
y si no tiene resistencia,no se suba a mi parmá.
La maestra caleña Olga de la Cuesta Solórzano nos brindó su casa para presentarnos su obra inspirada en las niñas negras de Puerto Tejada, Cauca.
Olga de la Cuesta Solórzano alza con orgullo sobre su regazo uno de su lienzos recientes sobre su único y polémico tema "Las niñas negras"
"Leonor e Inés, dos bailarinas", un bus por los aires y niños que corren por la calle, una página de su cuaderno pintada en 1956 cuando estudiaba en primero de Primaria en el Liceo Benalcázar, cuna de mujeres artistas y sensibilidad humana.
Una "Banda de músicos que se aprestan para salir de gira" en el avión que los espera. 1956, cuando la autora sólo contaba sus seis años... En la siguiente página de su cuaderno. Su maestra María Rojas Tejada fue su mentora.
Rostro de niña
Una "Banda de músicos que se aprestan para salir de gira" en el avión que los espera. 1956, cuando la autora sólo contaba sus seis años... En la siguiente página de su cuaderno. Su maestra María Rojas Tejada fue su mentora.
Rostro de niña
El consagrado intérprete de la marimba, maestro Esteban Copete accedió a acompañar a su amiga negra y artista con bundes y arpegios que tintineaban en los recuerdos y en los cuerpos.
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